OPINIÓN

Renfe y el turismo

Sin desmerecer la labor del alcalde, los que mayor empeño parecen tener en eso de controlar la turistificación de Cádiz son la Renfe y el ministerio de transporte

Felicidad Rodríguez

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El turismo, como todo en la vida, tiene sus aspectos positivos como también puede derivar en efectos negativos; que la balanza se incline hacia un lado u otro dependerá de la manera de gestionarlo. En los últimos años se están sucediendo las manifestaciones contra ese ... fenómeno que ha venido en llamarse «turistificación», término que la Fundación del Español Urgente, institución promovida por la Real Academia Española y la Agencia EFE, describe como el impacto que tiene la masificación turística en el tejido comercial y social de determinados barrios o ciudades. Un impacto que hay que analizar, en todos sus aspectos, para ver hacia donde se inclina la balanza y, en todo caso, para reducir o eliminar los aspectos negativos que se detecten. En caso contrario podríamos ir hacia la turismofobia, algo que por sí mismo es claramente negativo. Y en esas estamos, discutiendo sobre si poner o no tasas turísticas y protestando contra la proliferación de los VFT. Está claro que para intentar reducir los efectos negativos que, sobre el tejido comercial y social, para seguir con la definición que ofrece la Fundeu, tiene la masificación turística sobre nuestros barrios y ciudades, todos podemos poner nuestro granito de arena. En Cádiz, después del crecimiento descontrolado desde el 2016, el Ayuntamiento actual ha logrado reducir por primera vez el número total de las VFT. Hay que agradecer pues a Bruno y a su equipo que hayan tomado las riendas para evitar la proliferación desenfrenada de las viviendas de uso turístico. Pero, sin desmerecer la labor del alcalde, los que mayor empeño parecen tener en eso de controlar la turistificación de Cádiz son la Renfe y el Ministerio de Transporte; lo demuestra el hecho de que llegar a Cádiz por vía férrea se ha convertido en una auténtica odisea. Ya apenas nos acordamos de que hubo un tiempo pre-pandémico en el que eran 5 los trenes diarios que, en cada sentido, hacían la conexión entre Cádiz y Madrid; hoy solo tenemos tres. Y eso sin contar con la duración del trayecto. Puestos a recordar también hubo un tiempo, hace casi tres décadas, en el que se dijo que, con AVE o sin él, la alta velocidad reduciría el tiempo de viaje a unas tres horas y media. La realidad hoy es que, por muchas cuestiones técnicas y de actualización de infraestructuras que se aduzcan, ese trayecto, con sus correspondientes retrasos, dura en muchos casos casi cinco horas; rara es la vez que en Atocha el Alvia para Cádiz sale puntual. También ha pasado a la historia la devolución del importe del billete por retrasos. No está claro lo que Renfe quiere decir cuando publicita su «compromiso de puntualidad». Ahora para la devolución del 50% será necesario un retraso de 1 hora, de 90 minutos para el 100%. Así que si la duración oficial del trayecto Madrid-Cádiz es de unas 4 horas y media, que rara vez se cumplen, ya podemos hacer cuentas para saber el horario real que tendrán los trenes este verano. Dice el ministro Puente que la medida se debe a que las indemnizaciones por retrasos eran altísimas, algo sobre lo que visto lo visto no nos cabe la menor duda. La otra razón dada es el escenario de la «libre competencia», aspecto éste que, en el caso de los trenes a Cádiz, es más difícil de entender.

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