OPINIÓN

¿Ministerio de Sanidad?

Es más que urgente abordar tanto una planificación seria y a largo plazo como el ambiente laboral y las condiciones de trabajo de los especialistas médicos

Felicidad Rodríguez

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La delegada de salud expresó hace unos días las dificultades para encontrar médicos a los que contratar; incluso manifestaba que encontrar pediatras era tan difícil como hallar tréboles de cuatro hojas. Y no, no es un problema gaditano; se trata de una situación que afecta ... a todo el país y, de hecho, este verano se han cerrado centros de salud en toda la geografía nacional ante la falta de especialistas. La situación se veía venir desde lejos. Ya en enero la OMC estimaba que en verano habría un agujero de 5.700 facultativos, médicos que no podrían incorporarse al sistema hasta el mes de septiembre cuando terminasen su formación especializada. Las Comunidades Autónomas pidieron al Ministerio una reunión del Consejo Interterritorial para abordar esa falta de especialistas, algo que la ministra no juzgó conveniente porque, decía, este tema ya se abordó en una reunión anterior, aunque desconocemos con que resultados prácticos concretos. Si que convocó una reunión en junio para conocer los planes de verano que las comunidades hubiesen elaborado para gestionar el periodo estival, aunque es fácil imaginar lo complicado de gestionar aquello de lo que se carece. De hecho, el departamento de sanidad del País Vasco excusó su asistencia a la citada reunión ante la ausencia de propuestas del ministerio para abordar el problema. Es cierto que en verano, cuando hay que cubrir el necesario descanso del personal y además reforzar las zonas en las que se produce un incremento de población, todo se complica, pero la realidad es que se trata de un problema endémico, crónico y que ya no se circunscribe exclusivamente al periodo estival. Sabemos que la tasa de jubilaciones supera a la de los nuevos especialistas que se incorporan al sistema. Sabemos que existen «desiertos médicos», la incapacidad en poblaciones determinadas para acceder a los servicios de salud de manera oportuna y contextualmente relevante. Sabemos del burnout de muchos especialistas por sobrecarga de trabajo. En definitiva, tenemos un problema estructural de recursos humanos que ya se ha convertido en crónico. Nos faltan especialistas en el país con más facultades de medicina de Europa y donde en las universidades se gradúan más médicos que nunca. Y si el problema de los especialistas es general, en Atención Primaria no digamos. Hacen falta especialistas de familia y pediatras, de 6.000 a 10.000 según las sociedades médicas, pero las plazas formativas se quedan vacías ante el futuro laboral que los candidatos más que intuyen. El número de peticiones de certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero crece año tras año, y no es que a la gente le guste irse de su país. La mayoría son jóvenes y, en cuanto a especialidades, médicos de familia. Es más que urgente abordar tanto una planificación seria y a largo plazo como el ambiente laboral y las condiciones de trabajo de los especialistas médicos. Es imprescindible ya un pacto de Estado por la sanidad contando con la experiencia de los médicos. Es algo que reclaman prácticamente todas las Comunidades Autónomas independientemente del color porque el problema trasciende a las regiones. Es un problema nacional y si el ministerio de sanidad no lo aborda, ¿para qué queremos ese ministerio?

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