OPINIÓN
Feliz cumpleaños, Mafalda
Mafalda es uno de esos personajes a los que le viene como anillo al dedo aquello de que si no existiera habría que inventarlo
«No tengo por qué obedecer a nadie, mamá. Yo soy un presidente». ¿Les suena de algo? Mafalda es uno de esos personajes a los que le viene como anillo al dedo aquello de que si no existiera habría que inventarlo. De ello se tuvo ... que dar buena cuenta Joaquín Salvador Lavado Tejón, el genial e inolvidable Quino, que la dio a luz en Buenos Aires el 29 de septiembre de 1964. El Ayuntamiento y el consulado de Argentina, para celebrar el 60 cumpleaños de Mafalda, han tenido la feliz idea de que fuese la imagen de la niña la que apareciese en el semáforo de la Avenida del Puerto frente a San Juan de Dios. Nadie mejor que ella para hacernos reflexionar sobre por qué hay que cumplir con las normas de tráfico y movilidad. Al acto de inauguración acudieron numerosos vecinos de origen argentino, aunque, con el permiso de todos ellos, Mafalda es ya también un poquito nuestra. Los comics de Mafalda solo se publicaron durante una década, hasta 1973, pero para entonces la irreverente, reflexiva e inteligente niña ya había cruzado el charco para hacerse conocer en España, en Italia, en Portugal y desde entonces no ha dejado, de una u otra manera, de estar al loro de todo cuanto ocurre en este mundo que a veces, como le ocurría a ella misma, entran ganas de pararlo para bajarse de él, «quiero felicitar a los países que conducen al mundo, así que espero que alguna vez haya motivos». Mafalda, con sus seis añitos congelados en el tiempo, sorprendió a la generación silenciosa y acompañó a los baby boomers, a la generación X y a los más viejos de los millennials; supongo que también a gran parte de la generación Y o a más de uno de la Z y la de cristal, aunque esto último sea solo un acto de fe. Espero, sin embargo, que los de la generación alfa crezcan queriendo a Mafalda. A pesar de haber transcurrido 60 años de su nacimiento, y 50 desde la desaparición del cómic, las lapidarias frases de Mafalda no han dejado de estar de actualidad y de poder aplicarse a tantas situaciones de nuestra cotidianidad pública o privada. El filósofo italiano, Umberto Eco, que escribió el prólogo del primer libro de Mafalda editado fuera de Argentina, un texto que la censura franquista de la época etiquetó como para adultos, la define como una heroína que rechaza el mundo tal cual es, que reivindica su derecho a seguir siendo una niña que no quiere hacerse cargo de un universo adulterado por los adultos, «tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio». Mafalda, como también señala Eco, tiene ideas confusas en materia política pero no logra entender lo que sucede en Vietnam, léase cualquier guerra actual, no sabe por qué existen los pobres y no se fía del Estado; solo tiene claro que no está conforme, «en todas partes cuecen habas, pero nadie se anima a estrangular al maitre». Umberto Eco abogaba para que se tratase a Mafalda como a un personaje real, una heroína de nuestro tiempo, contestataria e idealista, «¿y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?», que se rebela contra ese mundo que no entiende, pero con cuyas manifestaciones no se resigna, «que levanten la mano los que estén hartos de ver el mundo manejado con los pies». Feliz cumpleaños, Mafalda, y que cumplas muchos años más.