OPINIÓN
La ética a examen
Un Real Decreto del Ministerio de la Presidencia determina que el gobierno evaluará y controlará los Códigos de Deontología de todas las profesiones, lo que supone prácticamente que la censura ya ha llegado al campo de la Ética y de la Deontología
El próximo viernes, como ocurre todos los años desde el final del confinamiento, la Organización Médica Colegial hará un sencillo homenaje en Madrid a los médicos y a los otros profesionales sanitarios que fallecieron durante la pandemia mientras trabajaban y luchaban contra ella. Coincide el ... citado homenaje con la reciente publicación, en el Boletín Oficial del Estado, de un Real Decreto del Ministerio de la Presidencia que determina que el gobierno evaluará y controlará los Códigos de Deontología de todas las profesiones, lo que supone prácticamente que la censura ya ha llegado al campo de la Ética y de la Deontología. Un Código de Deontología es un conjunto de normas, basadas en principios éticos, que asumen quienes ejercen una determinada actividad profesional. Obviamente la decisión del gobierno afecta a los códigos de todas las profesiones, pero me referiré expresamente, por tratarse del que conozco, al Código de Ética y Deontología Médica. El código ético médico está compuesto por una serie de reglas de comportamientos, de deberes y responsabilidades, hacia el paciente y la sociedad, que todo médico está obligado a conocer y a cumplir. Una serie de compromisos éticos básicos para la mejora continua del ejercicio profesional y de la calidad asistencial, siempre girando en torno al paciente, y cuyo incumplimiento puede ser sancionado por la propia profesión. Como decía el Prof. Gonzalo Herranz «si hay un libro que debiera despertar la curiosidad del público, y más concretamente del enfermo, ese libro es nuestro Código… El Código debería estar en las salas de espera de los centros de salud, en las salas de estar y los pasillos de los hospitales, para que la gente lo leyera y lo comentara, y tuviera noticia del grado de humanidad y de competencia que pueden esperar de los médicos que los tratan y de la dignidad y el respeto que ha de informar toda la relación médico-paciente». Así pues, la evaluación y control del código médico por parte del gobierno tras la publicación del Real Decreto no deja de suponer una injerencia en la independencia de la relación entre el médico y el paciente y una censura de las normas éticas que rigen el Código de Deontología médica y, por supuesto, las del resto de profesiones. El Código deontológico de la profesión médica, alineado con el Código Internacional de Ética Médica de la Asociación Médica Mundial, responde a los principios universales de la Medicina, a normas éticas que traspasan fronteras y no a normas jurídicas locales o nacionales. Por supuesto que los códigos de deontología no pueden ir en contra de las leyes vigentes que rigen en un país determinado en el espacio temporal del que se trate, pero sus principios son éticos y no de otra naturaleza. De hecho, el propio Código de Ética y Deontología médica indica expresamente que ningún médico que actúe amparado por las Leyes del Estado podrá ser sancionado deontológicamente. El control de esos principios deontológicos y éticos que supone la publicación del Real Decreto no deja de sorprender, aunque pensándolo bien, no es del todo malo que analicen el Código de Ética y Deontología, que lo lean y lo relean una y otra vez, todas las veces que haga falta. Porque, a lo mejor así, hasta aprenden algo.