OPINIÓN
Carnavales de cine
Porque ya estamos en semifinales, preparados para la gran final y listos para la sorpresa que el sábado nos de El Sheriff en San Antonio
Toca ahora mirar diariamente las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología para los próximos 7 y 14 días. Todos lo harán para ver si se alivia algo la pertinente sequía que ya nos tiene más que preocupados; y muchos también para ver cómo se ... portan los cielos durante la semana grande gaditana. Ojalá se conjuguen ambos deseos y llueva con fuerza todas las noches, que bien que lo necesitamos, y sin que ello empañe la fiesta. Porque ya estamos en semifinales, preparados para la gran final y listos para la sorpresa que el sábado nos dé El Sheriff en San Antonio. Será el pistoletazo de salida para el inicio de los carnavales y para que el miércoles de ceniza, este año también día de los enamorados, libren su ya tradicional batalla con Doña Cuaresma, una batalla que, como todos sabemos, en Cádiz gana Don Carnal. Porque el Arcipreste de Hita se equivocaba cuando otorgaba la victoria al primero al relatarnos la lucha entre los excesos gastronómicos y el ayuno en la batalla de carnaval del Libro del Buen Amor: «El primero de todos que hirió a don Carnal fue el puerro cuelliblanco, y dejole muy mal, le obligó a escupir flema, esta fue la señal pensó doña Cuaresma que era suyo el real». Se equivocaba doña Cuaresma al pensar así, porque don Carnal, en Cádiz, se repuso muy pronto de sus heridas. Solo los jartibles gaditanos podrán despedirlo allá por finales de febrero. Desde esas tempranas descripciones medievales, los carnavales, fiesta ancestral por antonomasia, han ocupado páginas y páginas de la literatura mundial. Desde la Canción de Carnaval de Rubén Darío hasta Jorge Amado retratando los carnavales brasileños: «Vadinho, el primer marido de doña Flor, murió un domingo de carnaval por la mañana, disfrazado de bahiana, cuando sambaba en un grupo y en medio de la mayor animación». Goethe y Dumas nos escenificaron el carnaval romano y hasta Isak Dinesen se lleva de cena de carnaval a Kierkegaard en un más que frío Copenhague. Pero en Cádiz también tenemos nuestras páginas literarias carnavalescas, amén de las letras de chirigotas, comparsas, coros y, por supuesto, que para eso es carnaval, de cuartetos y romanceros. El carnaval es el escenario de la viudita naviera de Pemán, y Quiñones nos regala sabor carnavalesco en muchas de sus obras, desde La Canción del Pirata hasta en muchas de las miles de noches de su Hortensia Romero. El Carnaval también es cinematográfico y no son pocas las ciudades retratadas por el cine durante sus carnavales. Río de Janeiro con Orfeo Negro de Marcel Camus, que tanto contribuyó a difundir la música brasileña, o Venecia en Eyes Wide Shut de Kubrick, y tantas otras. Hasta Almodóvar ambienta su Carne trémula en el carnaval madrileño. Y no, dicho sea de paso, en Madrid no nació el Carnaval ni lo hizo el flamenco. En Cádiz se han realizado documentales muy interesantes, también en largometraje como La Fiesta de los Locos de Manuel Iborra. Y es que Cádiz es muy cinematográfica, tanto como lo son Venecia o Río, y más aún podría serlo en carnaval. Ojalá que alguna gran productora se anime con una buena superproducción porque a mí, en el fondo, lo que me gustaría es ver a una chirigota gaditana en Los Ángeles animando sobre el escenario la entrega de los premios Oscar.
Ver comentarios