Es por nuestro bien
No tengo yo muy claro como redunda en mi bienestar que a Puigdemont le quiten los delitos por los que ha sido condenado, incluido el de malversación agravada
No son pocos los juristas que se han manifestado sobre la amnistía que negocia el presidente del gobierno en funciones con los independentistas de Junts, calificándola de anticonstitucional y contraria a la independencia judicial y a la separación de poderes. Se ha planteado también el ... llevar a la UE los riesgos que la iniciativa tiene para el Estado de Derecho, o lo que es lo mismo, para la separación de los tres poderes, el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Porque el Estado de Derecho es el marco imprescindible para una auténtica democracia y, en última instancia, es el escenario en el que tienen reconocimiento los derechos humanos. Cuando se estableció, recuerden la Revolución francesa o la misma Constitución de Cádiz, significó poner freno al poder de los monarcas absolutos. Podría ser que como muchos progresistas instalados en el poder se declaran antimonárquicos, entienden que el Estado de Derecho no va con ellos. Que la amnistía pone en riesgo algo tan fundamental para la democracia también ha sido expresado por destacadas figuras socialistas, algunas de ellas expulsadas ipso facto del partido por el simple hecho de disentir. Parece que la libertad de expresión no es signo de progresía; poco falta para que también los llamen fascistas por manifestarse en contra. Incluso los mismos que ahora defienden la amnistía para Puigdemont no hace mucho tiempo la consideraban anticonstitucional. En definitiva, que se acepta pulpo como animal de compañía porque el fin lo merece. Para unos ese merecidísimo fin es mantener la residencia en Moncloa, pero Pedro Sánchez ha venido a desmentirlo. Se hace por el bien de España y de los españoles o, lo que es lo mismo, por su bien, por el mío y por el de la vecina del sexto. No tengo yo muy claro como redunda en mi bienestar que a Puigdemont le quiten los delitos por los que ha sido condenado, incluido el de malversación agravada. Decía Monstequieu que «la ley es como la muerte, que no exceptúa a nadie», pero parece que también en esto hay sus excepciones. Es cierto que se han producido en varias ocasiones indultos injustificables para el común de los mortales, pero la amnistía significa la desaparición retroactiva del propio delito y la desautorización de las decisiones judiciales de un Estado democrático. Ya veremos que fórmula se saca de la manga el presidente en funciones para asegurar que se lleva a cabo sin que el politizado TC ponga alguna pega; quizá reformulando términos y conceptos, algo muy de moda hoy día. Todo sea por nuestro bienestar. Primero la amnistía y luego lo que corresponda porque, como también señalaba Maquiavelo, «un cambio siempre deja el camino abierto para el establecimiento de otros». A todo esto, ERC imagino que también pedirá algo. No hace mucho los independentistas pedían que les pagáramos lo que ellos consideran deuda histórica, que estimaban en 450.000 millones de euros, en un cómodo sistema de plazos. Primero la condonación de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica, o sea una amnistía económica, la recaudación de todos los impuestos, quedándoselos para ellos por supuesto, y el 19% de los fondos europeos del Next Generation con efecto retroactivo. Habrá que ir rascándose el bolsillo, pero es por nuestro bien.