8 DE MARZO - DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Caminar juntas

Paremos de agitar el odio y el esencialismo, abracemos la empatía y dejemos atrás los desencuentros

Esther Macías

Cádiz

He escrito y reescrito estas líneas cientos de veces. Quise, a priori, resaltar cuánto nos queda por hacer y qué poco hemos conseguido, con el tiempo que llevamos peleando. Me salió un artículo poco nítido. Borroso. Confuso. Nombré a mi abuela materna, quien pasó por once partos. Once vidas que tuvo que sacar hacia adelante. Me acordé de mi abuela paterna, quien escondió bajo sus anchos vestidos un embarazo secreto por no ser la rebelde de los años sesenta en un pueblo en el que apenas vivían quinientos habitantes por aquel entonces. Escribí sobre mi madre, que no pudo entrar en el mercado laboral hasta que mis hermanos y yo nos convertimos en adolescentes capaces de prepararnos un plato de comida e ir al colegio solos. Y describí a una hija que no sé si tendré, pero que deseo con todas mis fuerzas que sí pueda celebrar este ocho de marzo y que entonces deje de ser una reivindicación. Porque en este árbol genealógico sí hay algo en común: querían, queremos y querrán ser libres. Y para eso todavía queda. Destellos lejanos, quizá.

Me desmarco de cualquier juego político, de medidores de feministas y, mucho menos, de la pésima sororidad que aún se respira en muchos ámbitos. Y después de hilvanar estos párrafos, vengo hasta aquí para centrarme en esas manos féminas que me han tendido a lo largo de mis treinta años convirtiéndome no sólo en mejor persona, también mejor mujer. De casi nada estoy segura (¿por qué será que nos lo cuestionamos todo?), pero lo que es evidente es que hasta estas letras no he llegado sola y ha sido, mayoritariamente, gracias a las mujeres que se han cruzado en mi camino y me han hecho sentir que el feminismo no es una opción, es una absoluta necesidad. Que esto no se trata de una ideología, es una forma de vida con la que ya comulgo cada día.

Por esas amigas que me han sostenido cuando el mundo me ha apretado. Da igual la hora, el día y la situación. La amistad femenina es, como digo tantas veces, el trabajo no remunerado más arduo. Por esas compañeras de trabajo que han comprendido mis peores etapas y han hecho más livianas las jornadas interminables. También por haber celebrado cada paso agigantado que he dado. Por esas mujeres que, sin conocerme en profundidad pero sí mirando a mis ojos, me habéis impulsado a sacar a flote mis ideas, mis proyectos. Por aquellas conversaciones fugaces -y profundamente íntimas- en las colas del baño de un bar que acaban en un «todo pasa, lo verás» sin ningún tipo de intención más que la sororidad del momento. Por esas mujeres que me han inspirado en mi trayectoria profesional y personal y que he decidido mantenerlas conmigo. Seguro que cada una de vosotras os reconocéis en estos renglones.

Leo, indago, me intereso sobre cómo quiero construir mi vida con perspectiva de género de forma saludable y con fundamentos de peso. Incluso estuve a punto de hacer una tesis sobre feminismo. Me parece que da para doctorado. Ya me encontraré con ella de nuevo. Por ahora, pienso en todas estas mujeres que he descrito porque, pensándolo bien, esta pelea no se gana sola, ni dividiéndose. Se ganará cuando se siembre la alianza entre nosotras y no corrompamos cada paso que damos hacia adelante.

Paremos de agitar el odio y el esencialismo, abracemos la empatía y dejemos atrás los desencuentros. Porque alguien se debió equivocar cuando nos pintó esto como una guerra entre nosotras mismas -y contra los hombres- y no como una batalla que tenemos que ganar juntas, cogidas de la mano y a una.

Gracias a todas las que me habéis traído a este último párrafo. Hay días, como hoy, que comienzo a tener esperanza. Y por vosotras, abuelas. Lo que viene será mejor.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación