Viene septiembre
Para la España adulta, pensionista o trabajadora, la cruda realidad de que todo va a costar, por lo menos, un 11% más
Empieza la cuenta atrás del verano. En el puente de la Virgen España se ha despepitado en fiestas, verbenas, playas, piscinas o conciertos mientras que la otra, la vaciada, se ha tenido que enfrentar al fuego y a la sequía sin una alberca donde remojarse ... ni un pozo de donde sacar agua.
Al final del verano se le ha cantado y se le han hecho muchas películas. Por poner algo del pasado, la del Dúo Dinámico o la inolvidable 'Cuando llegue septiembre' que protagonizaron Rock Hudson y la perpetua Gina Lollobrigida que, hoy, a sus 95 años, ha anunciado su candidatura, creo que al senado italiano.
Para las generaciones que están acabando sus estudios en los institutos estos días serán de agridulces despedidas y la separación de quienes hasta ahora habían convivido en las aulas. Alejamientos, estudios nuevos, nuevas localidades, nuevos amigos y hasta, quizás, primeros empleos, todo en un trazo melancólico y esperanzador en su devenir.
Para la España adulta, pensionista o trabajadora, la cruda realidad de que todo va a costar, por lo menos, un 11% más. Los colegios y sus uniformes, los libros y el material escolar, los transportes, los combustibles, la cesta de la compra. El gas, la electricidad, los impuestos. Hasta el cafelito del descanso laboral de cada día. Todo más caro pero con los mismos sueldos o pensiones y los anuncios de esas multas impresionantes por desatender su decretado ahorro energético. Mayor intervencionismo y más restricciones que han ido construyéndose en el solaz del verano, entre La Moncloa, La Mareta y Las Marismillas, Falcon y Puma. Por cierto, en los informativos hemos visto al primer ministro británico llegar en vuelo regular a sus vacaciones, como hacía su colega irlandés. Ejemplaridades.
A España le está pasando algo. Valga que en otros países también están sucediendo cosas malas, que les falta el agua y les sobra el fuego, pero parece que se están administrando mejor. Aquí, sólo mientras se pueda, contamos aún con los pantanos, aunque no creo yo que este Gobierno haya puesto en funcionamiento alguno.
Ni tan siquiera sé, al menos yo, con los casi trescientos kilómetros de costa que tiene nuestra provincia, si tenemos alguna desalinizadora en nuestro extenso litoral de dos mares y un estrecho. Sé que por la Costa del Sol, por el Levante o por las Canarias las hay pero ¿qué pasará con esta población de casi millón y medio de gaditanos que tenemos que vivir y producir con agua, dársela al ganado o regar los campos, si no llueve?
Parece que en todo esto hay un gafe grande o una incapacidad manifiesta, que este gobierno se preocupa más de querer cambiar el curso de la historia e imponer su ideología que del bienestar que la sociedad espera. Poco dejará realizado a tenor de lo que nos cuentan los medios y compartimos los dolientes españoles. El Covid les vino tan grande como ahora esta viruela. Se montaron un gobierno tan inflado de ministerios que el gasto público se disparó y no sólo no han amortizado deuda sino que la están llevando a cotas impensables, siempre en fase creciente. Seguirán con sus alianzas políticas porque en su desmemoria han olvidado lo que les pasó en la II República con sus entonces también aliados quienes, simple y llanamente, les laminaron para 40 años. Tras estos fuegos y sequía, volverán más gasto y más deuda, su entendimiento hacia la nueva izquierda bolivariana y su desentendimiento con el triángulo Sahara, Marruecos y Argelia. Seguirán los okupas y el respeto a la Justicia, en las periferias, bajo mínimos.
Pero, en fin, como les da igual y septiembre es el único mes de año que lleva la letra 'p', seguro que volverán con la 'p' de Putin como culpable de todo, o las del PP, como los irresponsables en todo. Pero, ojo, que paciencia también empieza con 'p'…