OTAN 2025

Han pasado 60 años, no está Tracy, pero sí está Trump. Y no hay comedia, pero a todos se nos tiene en vilo. Trump quiere ocupar el territorio autónomo de Groenlandia, que forma parte del Reino de Dinamarca; llama al canadiense Trudeau gobernador de su 51º estado, que forma parte de la Commonwealth; anuncia su intención de que EE. UU. se hará cargo del Canal de Panamá porque le da gana o se divierte con cambiar el nombre del Golfo de Méjico por Golfo de América sin que se le mueva ni un pelo de su lacado tupé.

No sé qué pasará con tanto afán de protagonismo de Trump en los conflictos de Oriente Medio con el Yemen, Irak, Siria, Gaza o Israel que a todos nos tienen en ascuas. Ni con lo de Ucrania, donde ahora, después de tantos muertos y bombas, parece que lucen destellos de que los ucranianos accederían a desprenderse del territorio que hoy interviene Rusia a cambio de ingresar en la OTAN.

Otro problema más para una OTAN ya de por sí cargada. Si los EE. UU. de Trump con Musk que, tanto monta monta tanto, fueran capaces de ocupar Panamá, invadir militarmente Groenlandia o seguir avasallando a la Corona británica y a los canadienses, ¿qué papel jugaría esa Alianza militar y política obligada a concurrir en defensa de cualquiera de sus socios agredido por un tercero?

Salvando las distancias, por fortuna, nosotros ya padecemos rifirrafes entre un sector y otro del gobierno como el de estos días donde una ministra, comunista, rebaja el calendario laboral y otro, socialista, lo veta. Pero ¿qué haría la OTAN si llegaran a darse esos «trumpazos»?

Sánchez anda liándola como es normal en él y, ahora, queriéndonos engatusar con sus 100 actos. Me pregunto si tendrá algo pensado con Rota, Morón o Torrejón porque, lo del Sáhara, ya lo hizo él a su manera.