OPINIÓN
Juego peligroso
Lo que pasa es que Sánchez ni consiguió presupuesto en 2024 ni lo ha conseguido en 2025
Antes de estudiar latín ya había oído a mi padre usar ómnibus como transporte público de personas y hasta de trenes que de todo llevaban y en todas las estaciones paraban. La política actual llama eso a colar cosas propias de difícil aprobación en las ... cosas de todos.
Nuestra Constitución establece que «en caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de Decretos-leyes… que deberán ser inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad al Congreso de los Diputados».
Los últimos gobiernos han sido muy propensos a abusar de esta suerte de norma y, ya, absolutamente implacables, cuando con dicha disposición mezclan asuntos de distinta naturaleza que, todos y cada uno de ellos, merecería del control parlamentario en defensa de la administración de lo público.
Este último Decreto-Ley, rechazado y derogado, ocupaba 140 páginas del BOE, 2.012 párrafos, 12.469 líneas y casi medio millón de palabras.
Ya me dirán ustedes qué tiene de urgente y extraordinaria necesidad ese «totum revolutum» que mezcla Ucrania o Palestina con las ayudas por La Palma, la situación de Correos, el IRPF, los coches eléctricos, la DANA, los cigarrillos electrónicos, el IVA en la cesta de la compra, el préstamo de bicicletas, el blanqueo de capitales, las ayudas a colectivos, la final de la UEFA, el valor de los terrenos o dar al PNV la sede en París del Cervantes, con pensiones o transporte público.
Lo que pasa es que Sánchez ni consiguió presupuesto en 2024 ni lo ha conseguido en 2025 y queriendo hacer sus cuentas a toda costa, aún con la sociedad más débil, pensionistas y viajeros, ha trasladado su incapacidad a la oposición diciendo que ésta no quiere aprobar las pensiones. No, Sr. Sánchez, la oposición quiere aprobarlas, pero usted ha optado por otra cosa y el juez de línea le ha levantado el banderín y hasta el VAR lo ha corroborado: juego peligroso. Ahora sea bueno, que siga el partido y que puedan aprobarse las pensiones, que la mayoría le daría su voto. No pierda más tiempo porque le van a volver a pitar.