OPINIÓN
Dos cuestiones
Quizás, en un gesto de buena voluntad, los gaditanos podríamos poner a su disposición, si acaso en un avión militar venezolano, la estatua ecuestre de Bolívar que tenemos frente al Olivillo mirando nuestra Caleta
Esta semana quiero hablarles de dos cosas, la constante simulación de este gobierno y el despegue vertiginoso que están llevando a cabo algunas empresas financieras.
La duración de un vuelo de Madrid a Caracas suele ser de nueve horas de media para cubrir una distancia ... aproximada de 7.250 km, así que la «operación Edmundo» ha supuesto 18 horas de vuelo para cubrir esos 14.000 km. Ante tan inesperada misión, el ministro de Asuntos Exteriores nos dice a los españoles que no ha habido ninguna negociación. Y la de Defensa, poco más o menos que la rutinaria de cuando una aeronave militar española pide aterrizar en un aeropuerto extranjero. Pero un avión de la Fuerza Aérea española despegó desde aquí y aterrizó en Venezuela para recoger al presunto presidente electo de aquel país.
¿Cómo vamos a tragarnos los españoles que, así, por las buenas, aparezca un avión militar nuestro, con tripulación militar, claro, y sin negociación previa pueda llegar a aquella república bolivariana para recoger al líder de la oposición acosado en busca y captura a petición de su Fiscalía? ¿Es que ya desde sus entronizadas situaciones no se dan cuenta de que nos toman por tontos?
Un avión militar, no uno de ésos que se beneficiaron de buenas subvenciones, es el que voló a Caracas sin negociarse nada. Una aeronave militar nuestra yendo a un país con cuyo gobierno no se mantienen las mejores relaciones y del que sus gobernados huyen a escape al exilio, especialmente a este país tan suyo como nuestro. Un país con el que España no tiene alianza militar que se conozca ni es de la OTAN. Pero los ministros, sin rubor, dicen que no se ha negociado.
Bien por D. Edmundo que, a su edad, ha podido encontrar casa aquí cerca de su familia. Y bien por nosotros que no podríamos rechazar a un venezolano más cuando cada día vemos llegar a nuestras costas y fronteras a tanta gente huyendo de sus países.
Ante lo acordado por nuestro Congreso, el hermano de la vicepresidenta Delcy y presidente de su Asamblea Nacional ha pedido romper relaciones con España. Allá ellos, en su derecho están. Quizás, en un gesto de buena voluntad, los gaditanos podríamos poner a su disposición, si acaso en un avión militar venezolano, la estatua ecuestre de Bolívar que tenemos frente al Olivillo mirando nuestra Caleta a fin de que Maduro pueda sustituir ese cuadro indefinible de Don Simón bajo el que posa en sus performances televisadas.
En fin, la otra cuestión va por la economía de andar por casa y no de las cifras o porcentajes que tanto gustan a políticos y televisiones.
Como a muchos de ustedes les ha podido pasar, he recibido una circular de SANTANDER CONSUMER BANK informando que han «modificado» algunas de las condiciones afectas a la Tarjeta Cortefiel. En resumen, que también sin rubor alguno, suben el interés a un 20,76% TIN, 23,06% TAE.
TIN, TAE, tic, tac…
Claro que cada cual puede poner a lo suyo el precio que disponga, pero no recordaba yo esos intereses desde los años 80 del siglo pasado. ¿De verdad se creen ustedes que con estas cargas la economía española va como un cohete? Y, tanto como un cohete, pero al espacio infinito. Probablemente vaya la de Entidades como ésta, pero de seguro que para los que se vean obligados a comprar a plazos, con esos intereses, el cohete no sólo no los lleve a lo alto, sino que corran el riesgo de que, emulando al viejo jefe Abraracúrcix, se les pueda caer el cielo encima.
A los que está bien de «parné» les dará igual porque ellos no compran a plazos si no fuere para obtener mayores beneficios fiscales o financieros, pero, al común de la gente, incrementos como éste, les meterá tanto peso en sus economías que sí, que el cohete se le puede caer encima.
Pero no hubo negociación y, sí, la economía va como un cohete.