OPINIÓN
Dar a luz
Es el triunfo de la mujer, parir hijos, saber que desde su vientre nacerá un ser que verá por primera vez la luz, algo tan natural como maravilloso, pero, desgraciadamente, cada vez menos frecuente
Lo oí en alguna tertulia o quizás lo leí en algún medio que no logro recordar. Y me da pena, porque era bonito que alguien hablara de la importancia de la luz en la vida del ser humano, desde que asoma su cabecita por el ... canal desde el vientre materno a las manos del ginecólogo o de la matrona.
Es el triunfo de la mujer, parir hijos, saber que desde su vientre nacerá un ser que verá por primera vez la luz, algo tan natural como maravilloso, pero, desgraciadamente, cada vez menos frecuente. España ha bajado en nacimientos estos últimos 10 años en un 25%, algo muy inquietante. Y, según el INE, en el año 2022 la edad media de una madre primeriza era de poco más de los 32 años. Y así no se regenera un país donde la esperanza de vida hasta 2021 era de 83,2 años que la pandemia nos rebajó, al menos, en año y medio. Sin embargo, la AFAAC asegura que actualmente hay más de 31 millones de mascotas en España. Paradojas de la vida.
Dicen que baja la luz y yo digo que sí, que puede que baje la luz, pero no es sólo esa luz que podrían descubrir los niños al nacer, pero no era de esta luz de vida de la que les quería hablar yo, sino de la oscuridad que reina en nuestra actual política y de las pocas luces que se desprenden de algunos de nuestros políticos.
La situación de aprecio que un español siente hoy hacia sus representantes políticos es bastante más descendente que la de la de nacimientos porque si ya en 2021 el Instituto Pew establecía ese nivel que los españoles teñíamos entonces de descontento hacia nuestros políticos era de un 65%, imagínense ahora tres años después de constantes enfrentamientos, filibusterismo parlamentario, reproches, insultos y desdenes.
Y no vale conformarse con aquello de «y tú más», no. Es cierto que la insidia se da en ambas direcciones, que las provocaciones son como un yoyó que sube y baja, se lanza y se recupera, pero también es cierto que quienes han sido llamados a gobernarnos, siguiendo el argumentario que cada día se les expide desde el mando, se nos muestran a los españoles muchísimo más como peones de su partido que como ministros encargados de buscar para nosotros satisfacción y bienestar.
La sensación que emana de nuestros legisladores ha tenido y tiene dos vertientes, una de exclusiva ideología partidista y otra de conveniencia en los apoyos de los votos necesarios para continuar en el poder pase lo que pase, se sienta lo que se sienta y se pida a cambio lo que se pida.
La verdad es que da mucha tristeza ver a estos gobernantes «largar» contra unos y contra otras, rivales o familiares, mientras el pueblo ve atónito las historias que nos cuentan los periodistas sobre los abusos y los pelotazos de turno indignos de quienes tenían que exhibir la mejor ejemplaridad.
La regeneración en España debe ser el primer afán. Para todos. Los jóvenes echando pie adelante en darnos nuevos españoles y los demás eligiendo mejor quiénes se van a ocupar de nuestras cosas con el dinero que, vía impuestos, aportamos.
¿Cómo es posible que se siga hablando de Adolfo Suárez o de Felipe González y hasta de Franco? Pues porque lo que hay ahora no produce mella, no deja huella. Y sus acciones, menos. Ahora tendremos las Comisiones de investigación y, ¿saben lo que les digo? que al final tendrán los mismos votos que con los que arrancaron. Trabajen, por favor, produzcan, y dejen sus egos y sus partidos en vía secundaria.
Hace ya mucho tiempo que no se ha dado a luz a ningún político ejemplar ¿Quién puede fijarse en el haber, en el hacer y en la conducta de estos próceres que ahora llevan la administración de España? Tres son las citas electorales que quedan, dos particulares y una general. No hay luz, falta regeneración y, sin embargo, ¿quién sabe el nombre de los ministros de hoy?