OPINIÓN

De las clases particulares

«Mientras, las familias españolas, costeando la enseñanza pública tirando de sus ahorros y teniendo que pagar clases particulares»

Este fin de semana me he quedado pasmado cuando oí los porcentajes. Un 25% de los escolares españoles necesitan completar su formación con profesorado particular más allá de la instrucción que reciben en sus centros, proporción que puede llegar hasta un 47% con lo de ... las actividades extraescolares. Ítem más, este espectro de lo de las clases particulares algunos calculan en un monto cercano a los 1.700 millones de euros anuales.

Esto es un verdadero escándalo y mayormente con una ideología como la que nos gobierna que ha hecho de la enseñanza paradigma aunque, de los enseñantes, haya hecho principal cantera para su tropa ya que, vistos sus currículos, la mayor parte de sus componentes proviene de la enseñanza pública, lo que les digo con la certeza del que ha visitado las páginas camerales donde se dejan sucintas biografías de sus miembros de las que, también, puede sonsacarse, que desde la primaria hasta la Universidad, realmente son poquísimos, a contar con los dedos de la mano, los próceres que provienen de la esfera privada. Un empresario agricultor y muy pocos más que ilustran su 'cursus laborum' como abogados ya que, la mayor parte, casi el total de la plantilla, jamás se ha enfrentado a crear un puesto de trabajo, a empeñarse en algún préstamo para sostener una empresa o a colocar a algunos empleados, sino que, mayormente, provienen de sueldos abonados por el Erario como funcionarios públicos o de las organizaciones no gubernamentales afectas a su ideología, que es otro campo para considerar.

Durante la dictadura, en términos generales, hubo tres grandes fuentes legislativas en educación, la Ley de Instrucción Pública de 1939 que se complementó con un Decreto de 1967, la Ley de Enseñanza Medía de 1953 que tantos de nosotros vivimos y que nos hizo pasar por dos reválidas, la de 4º y la de 6º con su Preu de postre, o la Ley General de Educación de 1970.

En nuestra etapa democrática, al menos 8 han sido las leyes generales que, sin entrar en otras materias como los estudios universitarios o los de la formación profesional, se han preocupado de este asunto. Una de la UCD y dos del PP que en verdad fue tan sólo una, la LOCE, ya que la Lomce prácticamente fue no nata porque ya se ocupó ZP de abortarla. En cambio, la aportación socialista a esta materia ha sido claramente prolífica. La LODE del ministro Maravall, la Logse de Solana, la Lopeg del socialista Suárez Pertierrra, la LOE de la señora San Segundo o la actual Lomloe de Celaá, destacada en la actualidad como embajadora del Reino de España ante la Santa Sede, la que acudió al funeral del penúltimo de los Papas de aquella manera.

Y es que algo falla aquí, máxime cuando el cuajo de la aportación humana al socialismo en el poder ha sido mayoritariamente de enseñantes. ¿No les parece una tremenda responsabilidad? Cinco leyes para llegar a las cotas en los que nos encontramos. ¿Ha sido la población estudiantil verdaderamente favorecida con buenos enseñantes o ha sido abandonada por desertores de la enseñanza que dejaron las pizarras para trasladarse a los mejores sueldos de la política como asesores, gerentes de empresas, agencias u observatorios públicos, cargos de confianza, concejales, parlamentarios autonómicos, diputados o senadores y que, aún allí, por sus incompetencias, no han llegado encima a alcanzar resultados no ya óptimos si no sencillamente llevaderos? Lean los informes PISA y verán qué piensan de nosotros y de nuestra educación en los países de nuestro entorno. Mientras, las familias españolas, costeando la enseñanza pública tirando de sus ahorros y teniendo que pagar clases particulares.

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