OPINIÓN
Aranceles e inmigración
Qué pronto se han olvidado estos judíos al prestarse de tan buen modo a estas astracanadas de lo que empezó en Polonia con la invasión de 1939
Un nuevo conflicto se ha volcado sobre la humanidad generando en millones de personas temor y desesperanza ante su incertidumbre. O desazón, por tan clara fragilidad ante otro populismo que nos lleva al desconcierto por enésima vez. A un lado, Trump. Al otro, China, Panamá, ... Méjico, Canadá, Groenlandia o Gaza. Por ahora…
Trump arranca con aranceles e inmigración, echar a todo quisqui que no cumpla con sus normas. Acorrala a panameños y mejicanos, humilla a los canadienses y preocupa a los groenlandeses que, en su conjunto, pobrecitos míos, en toda su extensa isla no tienen más habitantes que nuestra Sanlúcar de Barrameda. Panamá pide tiempo, Méjico y Canadá desplazan miles de militares y policías a sus fronteras y los de Gaza ni hablar pueden. La UE en lo suyo, a verlas pasar.
De todas estas desventuras me ha llamado la atención una advertencia del liberal canadiense Trudeau a sus compatriotas para que miren las etiquetas de los productos que compren. Dos cosas, o advertirles que si son de origen norteamericano el precio lo sube Trump, o aconsejar a sus paisanos que no compren nada que proceda de los Estados Unidos, cosa que debería hacer pensar también a más de uno por aquí. Y mientras, China, ganando espacio, que, si no, vean las etiquetas de muchas cosas que se aquí se compran «made in PRC».
Miren por donde que arancel proviene del árabe «inzāl», que aquí en Al-Ándalus, llamaron «ainzáll». Y que los norteamericanos a este impuesto creo que le llaman «tariff», casi como nuestro maravilloso municipio gaditano. Paradojas de la vida.
Cobrar de más ya es duro, pero que se te metan de «okupa» en casa tiene tela, ya sea en la gélida Groenlandia o en la cálida Gaza donde, sin ningún reparo y, ante el premier israelita que sonriente lo aceptaba, se apuesta por hacer de la Franja una suerte de Nueva Riviera y expulsar de allí a su actual población. Qué pronto se han olvidado estos judíos al prestarse de tan buen modo a estas astracanadas de lo que empezó en Polonia con la invasión de 1939 y de la masacre que siguió después.
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