OPINIÓN
Acelerón
La Naturaleza está ahí, cada vez más agredida y cada vez defendiéndose con más violencia
Esta semana se ha cubierto de aciagas y tristes noticias. Nadie podrá olvidar la desoladora tragedia que se ha cernido sobre las tierras turcas y sirias con el terremoto y sus correspondientes réplicas, de tal magnitud, que cada día nos trae un triste conocimiento desalentador ... por esta cifra de víctimas que no acaba poder saberse aún cómo terminará esta dolorosa sangría con tanto desplome de edificios y la adversidad de la climatología a la que se enfrentan. A muchos nos quedará esperar que la benevolencia del Señor acoja las almas de tantos fallecidos y que pueda hacer llegar su consuelo a esas familias que están viendo cómo los suyos están desapareciendo a tanta celeridad. Y lo que es peor, y aunque parezca mentira, también en esto el Mundo es de dos, los que ayudan a Turquía y los que no pueden o no quieren ayudar a Siria. Tremendo. Aun así, admirable la cooperación civil.
Por si esto no fuera tanto, la prensa nos ha estado instruyendo a los españoles con nuevas advertencias de calamidades al explicar qué áreas españolas podrían verse afectadas por esta clase de acciones de la Naturaleza y cómo se producirían por aquí, dejándonos a los que vivimos al borde del mar casi con el agua al cuello por esas posibilidades de que se repitan terremotos en nuestra falla y se generen maremotos. En fin, la Naturaleza está ahí, cada vez más agredida y cada vez defendiéndose con más violencia.
También nos están llegando clamorosas aceleraciones en la vida política del país después de tantas tormentas que se han ido levantando en el seno del gobierno bicolor que rige nuestra sociedad. Las últimas leyes aprobadas me han recordado las rebajas que por estas fechas se hacen, saldo de lo que quede en el almacén. Leyes del sólo sí es sí, del animalismo o de lo trans.
La frialdad del presidente moviendo fichas de un lado a otro en este largo partido ha dejado patente a los de Podemos hasta dónde ha podido llegar su situación en el gobierno. Los socialistas lo tenían ya aprendido desde aquel añejo aviso del que «el que se mueva, no sale en la foto» pero los de Iglesias, Díaz o Belarra, lo acaban de aprender.
Las elecciones están ahí y Sánchez, tiene ya sus presupuestos para este año y considera que ya tiene pagado el peaje de su autopista al poder. Nada o poco le debe ni a Podemos ni a los demás aliados de investidura. Las leyes de ideología que ha ido aprobando, aprobadas están. La coba a los nacionalistas con lo de las mesas de diálogo en claro peligro de extinción y su agenda inmediata con los ojos en la meta volante de mayo para la que ha puesto a sus huestes municipales y autonómicas a prepararse con el mensaje unívoco que cada día nos repiten desde el militante de base hasta los más prevalentes de sus ministros. Tras ellas, y hasta las generales, queda su singular semestre de presidencia española en lo europeo.
¿Le hace falta Podemos al PSOE? No sé, cuando sus presupuestos están aprobados y la ideología bien atada, lo que quede por votar de aquí a diciembre puede que sea tan «de Estado» que hasta PP y Vox se vayan a ver impelidos a apoyarle. Se puede permitir el lujo de dejar en la estacada a quienes le apoyaron para su presidencia y, encima, intentar rescatar esa masa de votantes socialistas que Núñez Feijoo está tratando de captar.
La lucha se puede incrementar más entre el PP, con algunos votos de Cs pero menos del PSOE, y Vox, que luchará por llevarse a su rincón todo lo que pueda del PP. Mientras, Sánchez, amortizado el peaje, soltado el freno y cambiada la marcha, ha puesto ya el pie en el acelerador para intentar llegar el primero a la meta.
No sé si el acatamiento de la sentencia del TC por el líder popular abre una nueva estrategia de difícil concreción hoy en día.
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