OPINIÓN
320
Hoy, otros catalanes, dizque afiliados a ERC, le han dado a Sánchez de nuevo La Moncloa interponiendo a Illa en Cataluña
Sí, 320 años han pasado ya desde aquel aciago 4 de agosto de 1704 en el que la flota angloholandesa, --siempre juntos neerlandeses e ingleses en lo de la rapiña--, con el pretexto de apoyar al pretendiente austriaco al trono español tras el fallecimiento sin ... descendencia del Rey Carlos II, último de los Austria reinantes en España, tomó el Peñón. El siguiente 5 los gibraltareños votaron qué hacer y el 6 se fueron con sus papeles y sus cosas al lugar de la ermita de San Roque o a Algeciras, quedándose la plaza en poder de la corona inglesa como se refrendó después en Utrecht, 1713.
Esto pasaba porque entonces las casas reinantes se repartían los territorios como cosa propia. Aquí también pasaba pero, precisamente en Cádiz, el 19 de marzo de 1812, los diputados españoles, al proclamar nuestra primera Constitución, establecieron en su artículo 2º que «la Nación española, (o sea, la reunión de todos los españoles…), es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona». Un gran paso. La Constitución de 1931 definió España como «una República democrática de trabajadores de toda clase», organizada en régimen de Libertad y Justicia. La vigente de 1978, como «un Estado social y democrático de Derecho que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político», basada en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, así como reconociendo y garantizando el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas. Curioso es que, según se desprende de las crónicas, en aquella flota invasora participaron también 350 catalanes que desembarcaron en la playa de la Caleta, al Este del Peñón, y que, por eso, aquella zona se llama hoy Catalan Bay donde, por cierto, con piedras españolas, se ha estado rellenando gran parte de terreno sobre nuestras aguas invadiendo el mar Mediterráneo y donde se está levantando una monstruosa barriada de bloques de apartamentos con la más grosera mutación que se pueda hacer de un paisaje natural que había estado prácticamente inalterable desde antes del paso por el Estrecho de las primeras naves fenicias, cosa que no parece haberles preocupado en absoluto a tanto ecologista de salón.
Les cuento esto no sólo por recordar la fecha sino por ver cómo desgraciadamente la historia se repite tanto en España, quizás por la desidia de muchos y por las ambiciones de otros. Aquellos pocos catalanes, con su apoyo al pretendiente austríaco, contribuyeron a que Gibraltar se desgajara de España que al Sur limitaba con los Reinos de Sevilla y de Granada. Hoy, otros catalanes, dizque afiliados a ERC, le han dado a Sánchez de nuevo La Moncloa interponiendo a Illa en Cataluña. Otra vez unos pocos han decidido en una jornada lo que tenemos que comernos casi 50 millones de españoles. Y encima teniendo que aguantar estos años la odiosa cantinela de que «España, nos roba».
A aquellas tropelías del siglo XVIII se opuso con firmeza el himno de libertad de nuestra primera Constitución, pero duró muy poco. A los dos años, el Deseado mandó abolirla y sólo el valor y el compromiso de unos cuantos, la hicieron revivir tres años más. Pero la llama ya había prendido, la semilla ya había caído en tierra apropiada y abonada con la sangre de los héroes. La Nación española ya había dicho que España era la reunión de todos los españoles. La Historia se repite, sí. Quizás de otra manera se esté quebrando otra vez España y esté germinando de nuevo una suerte de tentación para quien quiera hacer de ella su propio patrimonio político. De Puigdemont, que lo explique Marlaska. De los Mozos de Escuadra, ustedes dirán.».