APUNTE
La virtud de no acertar ni medir
Mientras se discute sobre la ley 'del sí es sí' decenas de condenados por delitos sexuales están viendo rebajadas sus condenas porque los jueces deben y tienen que aplicar la norma vigente
Aunque ahora vuelve a ser epicentro del debate político, la controvertida ley del 'sí es sí' lleva meses en vigor. Meses en los que los tribunales de todas las secciones penales competetentes en dicha materia del país han tenido que acogerse a la norma. La ... que habían aprobado y, por tanto, la que deben y tienen que aplicar.
La cuestión es que en dicha norma había una cuestió que se les había pasado por alto a los expertos y expertas del Ministerio de Igualdad y al de Justicia. Y es que al unificar los delitos de abusos en los de agresión y tener que aplicar a ambos la misma horquilla punitiva, el reo -es decir, el que ya está cumpliendo una pena por sentencia firme probada- se veía beneficiado si se va a una mínima del grado. Además, al no incluir una disposición normativa en la ley si se dieran estos casos, los jueces tienen que acogerse a la condena que sea menos perjudicial para el reo, tal y como dicta el Código Penal.
Y todo este barullo legal se resume en que decenas de presos por haber violado y/o agredido sexualmente a una o más personas están viendo como se les está reduciendo la condena que se le impuso. La mayoría de los tribunales están actuando de oficio porque el no aplicarles este cambio de ley si están en cumplimiento puede acarrear que después pidan explicaciones e indemnizaciones por haber pasado más tiempo en prisión del que les correspondía porque la ley cambió.
Así que, tal y como contamos hoy en este periódico, en la provincia de Cádiz ya son más de una decena de presos los que han visto reducidos sus castigos penales. Casos tan dolorosos como el de un pederasta que violó a su sobrina de 8 años, el de un entrenador de fútbol que también agredió de manera continua a su víctima, otro niño, u otros delincuentes sexuales que cometieron más abusos. Y habrá más. Todos aquellos a los que esta laureada norma del 'sí es sí' les dé amparo.
Y todo ello por cambiar algo que según cuenta una experta voz en este medio era «innecesario» cambiar y, más aún, para terminar beneficiando a quien menos lo merece.
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