Apunte

El tiempo y la atención, entre los mejores regalos

Los expertos insisten, en vano, en el peligro de ahogar a los menores en presentes y aconsejan hacerlos siempre junto a la moderación y la compañía

El apunte

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Los rituales asociados a la elaboración de la carta a los Reyes Magos, la elección de posibles regalos y las salidas a mercadillos, centros comerciales y cabalgatas forman algunos de los momentos más recordados por todos. Niños y padres que lo fueron guardan algunas de ... esas imágenes para toda la vida. De ahí que, generación tras generación, se sigan cuidando en la intimidad tribal de cada hogar apegado a estas tradiciones, aún mayoría. Sin embargo, por más que Emmanuel Macron anunciara el pasado septiembre «el fin de la abundancia» en Europa debido a la crisis inflacionista y energética, los efectos no parecen llegar. Los precios disparados y el horizonte sombrío de la economía, la general y la familiar, no parecen calar en la ciudadanía. Tiendas, calles, avenidas, centros comerciales, bares y restaurantes han registrado unos llenos como nunca se han visto. Los expertos anuncian, otra vez, una lluvia de regalos cercana a la inundación para el amanecer de este viernes 6 de enero. Los más afectados por un ficticio ahogamiento en papel de colorines pueden ser los niños. El exceso de oferta en todo tipo de artilugios y juguetes, en ropa y complementos, además de una extraña competencia entre familiares para agasajar provocan en algunos casos, cada vez más, una situación que se ha dado en llamar 'síndrome del niño hiperregalado'. Psicólogos y educadores insisten una y otra vez en que este exceso de dotación material es un obstáculo para educar y formar. Obtener en demasía, sin esfuerzo ni especial interés en ganar o merecer, impiden en el receptor la integración de conceptos como la espera, la tolerancia a la inevitable frustración, la valoración del gesto ajeno, la moderación, la solidaridad, la toma de decisiones o el establecimiento de prioridades. Esos mismos pedagogos, en incluso sociólogos y pensadores, insisten en que suele proporcionar mucho más disfrute y desarrollo acompañar algunos pocos objetos, elegidos con el corazón y con oportunidad, con la compañía y la atención de los padres o los abuelos, de los hermanos, de los mayores. Ese tiempo es el mejor de los obsequios posibles. Todos lo aprendemos cuando es demasiado tarde.

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