El apunte
Una Semana Santa diferente
Aprovechemos la lluvia y el mal tiempo para meditar y reflexionar sobre qué podemos hacer nosotros para salvarnos
La Semana Santa de Andalucía en general, la de Cádiz en particular, presenta un compendio sublime de referencias icónicas que tallan la idiosincrasia y el carácter de una sociedad, de una cultura. Es patrimonio, tradición, folclore. Es arte en su máxima expresión, por su nobleza, ... calidad y la capacidad de provocar el éxtasis del ser humano. La explosión de los cinco sentidos, el sentir que evoca tantos recuerdos; belleza sobrecogedora e imponente. Identidad.
La ausencia de muchas de sus grandes momentos en estas fechas generará tristeza, amargura y desconsuelo. Se avecinan días duros. Ya este Domingo de Ramos se desarrollaba con el pesar de quienes se quedaron sin realizar la estación de penitencia, con el temor de los que se arriesgaron sin una consabida victoria de antemano.
Las lágrimas circundaban los rostros especialmente de los más jóvenes. Llantos y sollozos. Comprensibles pues todas las emociones, nervios y anhelos de los días previos se desbordan irreprimibles, además en situaciones de contagio colectivo. Pero precisamente son estos chicos, niños y adolescentes, los que deben aprender la lección de estos días de lluvia. La Semana Santa es mucho más que vestirse de penitente y salir a la calle en el cortejo procesional.
Esto requiere una profunda labor de introspección. Aprovechar estos momentos para reflexionar, para orar, para sentir de una manera más religiosa y espiritual una tradición que no debe quedarse tan sólo en su carácter folclórico. La lluvia, el mal tiempo, este viento incómodo, ofrecen esta oportunidad para resguardarse en uno mismo y acercarse a Dios, que en definitiva de eso se trata esta semana.
Son tiempos duros, difíciles, complejos, inestables, penosos, más allá de que llueva o no esta Semana Santa. Guerras cada vez más cercanas, horribles atentados, viles asesinatos, enfrentamientos entre los propios ciudadanos. Un periodo en el que incluso la naturaleza se revuelve contra el mundo como respuesta a su maltrato, y esta lluvia no deja de ser una bendición del cielo. Así que toca pensar, meditar, pedir ayuda y reflexionar sobre qué podemos hacer nosotros para salvarnos. La salvación, que es al fin y al cabo el 'leti motiv' de la Semana Santa.