El Apunte

La semana grande de Cádiz

La magia de esta celebración es que se vive con pasión similar en todos los rincones de la provincia de Cádiz

Esplendor de luz en un radiante Domingo de Ramos. La Semana Santa gaditana regresa en su plena normalidad tras el embate de una pandemia que fulminó dos años de devoción y lo cubrió con mascarillas el tercero.

No han quedado secuelas, sino todo lo contrario. ... Los gaditanos han recobrado su encuentro con la fe con mayor devoción si cabe.En una jornada luminosa, de calor un tanto excesivo aunque en menor dosis que el sábado de vísperas, los fieles acompañaban en la calle a los titulares y sus cofradías. La magia de esta celebración es que se vive con pasión similar en todos los rincones de la provincia de Cádiz, enriquecida con multitud de estilos.

Es motivo de orgullo ver como la heterogeneidad de esta tierra tan singular se palpa en su Semana Santa desde el mayor de los respetos. En escasos kilómetros, se puede disfrutar y emocionarse con la solemnidad de la carga de la capital, la espectacularidad de Jerez y su molía, el sello particular de El Puerto, el entusiasmo de La Isla, el fervor en Puerto Real, la entrega de Chiclana...Son tiempos en los que se critica la falta de compromiso, en los que incluso la Iglesia lamenta la falta de vocaciones.

De Despeñaperros hacia el norte se denuncia la falta de costaleros y 'cargaores' que hasta han llevado a la ausencia de varias imágenes en su salida procesional. Aquí, la tradición impera, conecta al gaditano (al andaluz) con su idiosincrasia, su identidad plenamente inclusiva, y saca brillo a una Semana Santa que por años gana más adeptos.

Esta de 2023 se antoja espectacular. El tiempo, principal enemigo de esta celebración, acompañará y se espera récord de visitantes. Los hosteleros agradecen este aluvión de foráneos que, al contrario de lo que ocurre con otras tradiciones folclóricas, no se corre el riesgo de alterar ni difuminar la esencia de esta tradición.

En la capital, el soñado estreno del Nazareno de la Obediencia de la Archicofradía de la Merced, el pasado sábado, mostraba este crecimiento de un ejercicio que está más vivo que nunca. El debate continuo y hasta acalorado en ocasiones sobre los múltiples detalles que encierran cada una de sus hermandades ejemplifican la energía poderosa de una Semana Santa que evoluciona manteniendo todo su sentido.

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