EL APUNTE
Un revés inesperado
La posible declaración de quiebra del socio de Navantia en Reino Unido marca ahora el contrato de los buques ingleses
La situación financiera del astillero inglés Harland & Wolff salpica directamente a la empresa pública española Navantia. Ambas compañías unieron fuerzas en 2021 para afrontar posibles encargos navales. La estrategia trajo un resultado muy positivo cuando en 2022 el gobierno inglés adjudicó al consorcio 'Team Resolute' ... el contrato para la constucción de tres buques para la Royal Navy. La inversión asciende a 1.600 millones de libras, unos 1.800 millones de euros. El consorcio empresarial lo integran Navantia, Harland & Wolff y la naval BMT. A lo largo de 2023 se hizo el reparto de carga de trabajo y en 2024 se ha perfilado el desarrollo de la obra. Sin embargo, la luz roja la acaba de encender, precisamente, el astillero Harland & Wolff, que ha puesto rumbo hacia la quiebra. La dirección de este astillero ha solicitado del Gobierno de Reino Unido una ayuda pública millonaria para salir a flote. Sin embargo, las autoridades inglesas no dan su brazo a torcer. El astillero ha pedido un apoyo de 237 millones de euros para evitar la declaración de quiebra y poder cumplir con los compromisos futuros. Está en juego ahora la construcción de los tres barcos logísticos encargados por la Royal Navy. Precisamente, la obra de los tres buques, que debe arrancar en 2025, tiene a la Bahía de Cádiz como uno de sus epicentros. El astillero de Puerto Real será el encargado de cortar los bloques de acero que formarán el casco de estos buques. De hecho, Navantia estaba especialmente satisfecha con este acuerdo estratégico porque permitirá una importante carga de trabajo tanto en la planta puertorrealeña como en la industria auxiliar naval de la Bahía. Sin embargo, el anuncio que ha hecho la compañía Harland & Wolff sobre su estado financiero ha llenado de incertidumbre este contrato naval y pone contra las cuerdas a la compañía española. La firma inglesa ha advertido que se encamina hacia su segunda quiebra en cinco años en el caso de que no logre una serie de ayudas públicas por parte del Gobierno británico. Las acciones de Harland & Wolff se encuentran, de momento, suspendidas en Bolsa desde principios de julio después de que no presentase sus cuentas anuales en tiempo y forma. La compañía Dolphin Drilling, hasta 2019 propietaria de la centenaria Harland and Wolff, llegó a un acuerdo de venta del astillero con InfraStrata por seis millones de libras. Esta maniobra evitó entonces el hundimiento del astillero, pero la historia se repite cuatro años después.
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