OPINIÓN
Cuando hasta el peor crimen se politiza
Adelante Cádiz ha demostrado una nula sensibilidad al querer llevar a la arena política un crimen que había generado una repulsa unánime entre todos
Estamos por una vez de acuerdo con la concejala de Adelante, y diputada provincial, Lorena Garrón cuando decía que con el caso del crimen de El Puerto «había que llamar a las cosas por su nombre». Y en ese llamada exacta a las cosas tal ... y como son hay que decir que lo que ha hecho su formación es execrable. También podrían utilizarse otros términos como ominoso o abominable. Y es que el querer utilizar un crimen como el ocurrido el pasado domingo en Valdelagrana para querer obtener un rédito político no tiene justificación ninguna. Puede entenderse el nerviosismo de la izquierda radical del Ayuntamiento de Cádiz por perder sus sillones, pero en absoluto pueden ampararse declaraciones como las que se hicieron ayer desde una institución que debe representar a todos los gaditanos.
La noticia aparece hoy publicada en este periódico. A resultas de que el Ayuntamiento de El Puerto había calificado el crimen del pasado domingo como «homicidio», Garrón sobrepasó todas las líneas rojas de la política y afirmó que «el decreto del Ayuntamiento de El Puerto constata una vez más que la derecha es cómplice del patriarcado, del machismo y de las violencias machistas». Para la concejala, el emplear el término «homicidio» en lugar de «asesinato» supondría, entiéndase la ironía de reflejar tan literalmente su pensamiento, que el equipo de Gobierno habría sido casi un coadyuvante del supuesto autor.
En una jornada en la que todas las formaciones iban de la mano en la condena, en la que todos los políticos y agentes sociales clamaban que había que poner el freno en las violencias machistas (como bien subrayó la consejera Loles López con su acertado «tolerancia cero»), Adelante Cádiz cambia su objetivo y prefiere centrarse en atacar a un gobierno local por no gustarle una de las palabras del comunicado. En lugar de ponerse junto al alcalde de El Puerto (como hicieron la delegada del Gobierno de la Junta, Mercedes Colombo, y el subdelegado del Gobierno, José Pacheco) prefiere trazar una nueva línea entre buenos y malos que sólo contribuye a emponzoñar la lucha contra esta lacra.
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