APUNTE
Oscuridad gaditana marca Kichi
Las tinieblas de la gestión del equipo de Adelante Cádiz llegan al Carnaval, fiesta que también sufrirá el castigo de la desidia municipal
Hay un señor que ha cubierto esta ciudad de sombras. Que ha conseguido que cuando una celebración se aproxime a la ciudad, sean las tinieblas las que ganen la batalla a la luz. Esa persona, auténtico señor oscuro de Cádiz, parece que ahora en precampaña ... no quiere ser nombrada. Este inicio, que podría corresponder a un personaje de ficción como Sauron, encaja como un anillo, único o no, con quien lleva ocho años guiando los designios de la ciudad. Si por algo se había caracterizado el gobierno de Kichi en este tiempo había sido por la oscuridad y, en este apunte, hemos de reconocer que ha dado un salto al hacer pasar ésta de metáfora a descripción real. Y es que si en numerosas ocasiones hemos tratado de arrojar luz sobre la falta de transparencia de su gestión y sobre la opacidad de buena parte de las medidas que se llevaban a cabo, hoy ponemos en el foco la falta de iluminación real en la calle, la carencia de un plan para hacer que la ciudad brille en su fiesta grande, el Carnaval. El rechazo de los grupos y de la ciudadanía a la medida de que realizar un alumbrado extraordinario en estos días ha sido unánime.
La falta de luz lleva años sacando las vergüenzas a la ciudad cuando llega Navidad. Una iluminación deficiente y tardía se ha convertido desde que la izquierda radical llegó al poder en la marca de la casa. Muchos aludían a las creencias del equipo de Gobierno como causa de tan cicatera política lumínica. Sin embargo, la decisión de mantener esa falta de luz también en la que es la celebración que aupó al candidato Kichi hace ocho años confirma que no es sino la pereza con el trabajo y el desinterés por la promoción de la ciudad las que se esconden en esta oscura política de iluminación. Los argumentos de la oposición en bloque sobre la falta de atractivo para la ciudad, la ruptura de lo que era ya una tradición consolidada e incluso la peligrosidad en unos días en los que el consumo de alcohol puede dar lugar a accidentes y a agresiones han caído como una cascada gigantesca a la que el equipo municipal ha opuesto su acostumbrada sordera. Una vez más, ante la gestión diaria de la ciudad, falta total de esos taquígrafos y, sobre todo, esa luz que se prometía.
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