APUNTE

Una lucha sin dispersión

El 25N nos vuelve a recordar la necesidad de seguir batallando contra una violencia que se mantiene y no desaparece

Nada más empezar el año Cádiz se convertía en la provincia de España donde se cometía el primer crimen machista de 2023. No era un número. Se llamaba Eva. Y, según apuntó la investigación de la Policía Nacional en todo momento, su crimen fue perpetrado ... por el que entonces era su pareja. Ocurría en un bloque de pisos de Valdelagrana, en El Puerto, cuando, el arma que supuestamente empuñaba el presunto asesino acababa con la vida de esta chica, chiclanera, una mujer trabajadora, amante del Carnaval, querida por su familia, con toda una vida por delante. El supuesto autor material fue encontrado cerca del lugar de los hechos empuñando el arma.

Y, como Eva ha habido más casos. Tres de ellos en la provincia gaditana -una cifra terrible-. Más de medio centenar en todo el país. Por tanto, no hay más verdad que esa realidad. La que marcan esos funestos números que si no se hace bien se pueden quedar sólo en cifras que forman parte de una lista negra que se termina olvidando o normalizando.

Por ello y para seguir reivindicando las necesidades que asoman sobre todos estos crímenes se celebra hoy el Día de la lucha contra la violencia de la mujer. Una efeméride que, como decía ayer el subdelegado del Gobierno, no se debería de celebrar. Ojalá no hiciera falta. Pero, de momento, sigue siendo necesario. Como fundamental es tomarlo como una lucha social, educacional, pero no política. Porque como están recalcando en las concentraciones muchos de los colectivos que conocen bien este asunto lo que se necesita es unidad. Trabajar con un objetivo claro y dejar las diferencias de colores para otros asuntos. Aquí se está hablando de vidas, aquí no existe más debate que el no permitir que nadie se imponga a nadie a través de la violencia. Ni siquiera que se insinúe.

Por eso hay que centrarse en lo importante y en volcarse en una de las mayores claves para remediar este mal que pasa fundamentalmente por la educación y, también, por los recursos reales que existen para, primero, poder prevenir, y después, ayudar a las víctimas que así lo necesiten. Sólo así se conseguirá realmente que este día tenga sentido y sirva para acabar de una vez con lo que no lo tiene.

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