EL APUNTE
Leer sí ocupa lugar
La provincia se sitúa en una de las medias más bajas de España de hábito de lectura
En el momento de la historia en el que todo lo que nos rodea y en todo momento es información, y mucha de ella llega a través de las palabras, es paradójico que los índices de lectura sigan siendo bajos. Es decir, esa información que ... nos penetra a través ya no solo de libros, sino también de móviles, tablets... etc... no traspasa de lo puramente social o anecdótico a la faceta más cultural, la que ayuda a aprender: la lectura.
Según indican recientes estudios sociológicos y como hoy publica este periódico, la provincia gaditana ocupa uno de los puestos más bajos de todo el país en cuanto a hábito de lectura. No es especialmente alarmante pero sí se diferencia del dato medio en cinco puntos. Así, mientras que en España ese baremo se sitúa en un 64, en Cádiz no se llega al 60. Nos quedamos en un 59.
La razón, no se explica. Son las ciudades más grandes donde ese hábito de leer libros es mayor. El clima o, simplemente, la forma de vida o de ocio, puede diferenciarnos en ese sentido. Sin embargo lo que sí es preocupante es que ocurra. Porque de todos es sabido que la lectura es fundamental, no sólo para aprender historia, literatura, o cualquier otra materia que nos llega a través de los libros, sino que también es clave para el desarrollo de cualquier persona. Quien lee, habla mejor, se explica mejor, escribe mejor, se desenvuelve mejor, tiene más sabiduría y, por tanto, más experiencia y seguridad para todo.
También una mayor preparación. La lectura aunque sea para pasar los ratos de ocio nos abre a nuevos mundos, nos enseña otras realidades, nos pasea por otros tiempos, nos invita a conocer a personajes, espacios, nuevos lenguajes emocionales... en los libros puede haber y cabe de todo.
Cuenta la librera de Quorum que no cree que peligre el libro en papel, ni las librerías. Que es algo que lleva diciéndose años y que no ocurre. Pero sí considera que es necesario una transformación. Es decir, si los modos van cambiando también hay que saber ofrecer otras cosas, o, sencillamente, valorar aquello que se nos da de siempre y que por otros medios sería imposible. El amor por la lectura se vive en una librería, en una biblioteca o solo en casa pero siempre disfrutando de cada una de esas páginas.