El Apunte
Jaque inglés a Navantia
La empresa española busca alternativas para salvar el contrato con la Royal Navy tras la quiebra de su socio
La empresa pública española Navantia trata de apuntalar el contrato con la Royal Navy. Todo marchaba viento en popa hasta que el pasado verano el socio estratégico de Navantia en este proyecto naval, el mítico astillero inglés Harland & Wolff, constructor del Titanic, se declaró en ... concurso de acreedores. La medida ha puesto en situación de jaque un contrato en el que están en juego 2.000 millones de euros y 1.600 empleos. Navantia se hizo con este contrato en 2022 a través de un concurso público y firmó una alianza con el mítico Harland & Wolff para tener más fuerza. En enero de 2023 se firmó el acuerdo y todo estaba previsto para que la obra arrancara en 2025. Navantia ha señalado que el acuerdo sigue vigente y el proyecto sigue adelante. De hecho, se buscan ahora alternativas para salvar los muebles y cumplir con el compromiso y los plazos. No se descarta que una de las medidas sea comprar el astillero inglés por parte de Navantia. La empresa española tiene encima un serio problema. Ante esta situación, la prensa británica ha publicado que Navantia mantiene conversaciones con la dirección de su principal socio estratégico para un rescate financiero, es decir, la posibilidad de inyectar dinero al astillero inglés o en su defecto comprarlo por un precio razonable.
La empresa británica tiene como principal prestamista a la firma estadounidense Riverstone Holdings, a la que Harland & Wolff debe al menos 128 millones de euros (107 millones de libras) en préstamos con altos intereses. Pero ¿por qué es clave este acuerdo para Cádiz? El contrato recoge de manera muy clara que el astillero de Puerto Real será el encargado de cortar todos los bloques de los tres buques, mientras que la factoría inglesa, ubicada en Belfast (Irlanda del Norte), la encargada de su ensamblaje. Se trata del contrato internacional más importante de los astilleros españoles dada su cuantía económica y, además, Navantia actúa en este proyecto como cabeza de león, es decir, que lidera el proyecto frente al resto de socios estratégicos que lo integran. Este astillero ya entró en bancarrota en agosto de 2019 y tuvo que cambiar de manos para evitar el hundimiento. La compañía Dolphin Drilling, hasta 2019 propietaria de la centenaria Harland & Wolff, llegó a un acuerdo de venta del astillero a InfraStrata por seis millones de libras. El comprador era una compañía especializada en el suministro y el almacenamiento de energía.
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