El Apunte

El ser humano, el animal y la inteligencia

Los ataques de orcas son un problema, pero la solución nunca será contraatacar con disparos y explosivos

En el Estrecho de Gibraltar radica un problema que lejos de menguar se va soliviantando con los años. Un conflicto del que no se conoce origen ni tampoco solución. Desde hace algo más de tres años, coincidiendo con la pandemia (quizás tenga algo que ver, tal vez nada), las orcas que habitan en la zona de Barbate y Tarifa atacan a los veleros que navegan por estas aguas de paso entre Mediterráneo y Atlántico.

Los expertos prefieren llamarlo interacciones porque no queda claro si es un ataque o un juego. Pero para el ser humano no es nada divertido. Este inmenso animal de una inteligencia extrema y una fuerza brutal golpea el timón hasta dejar la embarcación inservible y al pairo, al albur de las olas, con la necesidad de intervención por parte de Salvamento Marítimo para regresar al navío y sus paseantes a la costa. Un daño que además supone un coste significativo y por suerte todavía no se han lamentado heridos ni nada peor. 'Sólo' un buen susto, pero en algún zarandeo se puede lamentar una tragedia futura.

El Gobierno está monitorizando a estas especies (son las mismas familias que habitan estos mares desde la fecha de marzo hasta el otoño) y ha creado una aplicación señalando los puntos calientes por lo que no es recomendable navegar. Incluso a veces ha prohibido el paso. Los consejos suelen ser apagar el motor y dejar de mover el timón para disuadir a las orcas por aburrimiento, pero no siempre funciona.

Los expertos investigan las causas pues ahí puede hallarse la solución.

Pero lo que nunca se puede hacer es que el navegante se tome la justicia por su mano y contraataque con explosivos y disparos a este cetáceo. Ya se han detectado varios casos en los que han golpeado al animal, le han arrojado gasoil e incluso le han tiroteado (hay dos identificados), organizándose en foros para compartir la mejor manera de atacar a estos mamíferos.

Todavía siguen existiendo diferencias entre los humanos y los animales en cuanto a inteligencia. No sólo es una necedad, sino que es un atentado contra el medioambiente y contra una especie protegida, lo que acarrea una severa sanción. Es que además es muy peligroso por la reacción que puede producir y por la manipulación de material pirotécnico, que puede estar deteriorado por una mala conservación y ocasionar daños graves contra la persona. Dejen actuar a las autoridades y los especialistas. Los héroes, en las películas.

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