El apunte
La guerra del narco
Mantener la seguridad es el principal deber de un Gobierno, por encima de la gestión económica o la generación de empleo
Mantener la seguridad es el principal deber de un Gobierno, por encima incluso de la generación económica y laboral, pues de nada sirve contar con dinero si no se puede disfrutar de él con tranquilidad, si incluso es peligroso tenerlo. España es un país seguro, ... muy por encima de la media mundial, en guarismos similares a los de la Unión Europea, con mejores datos que la mayoría. No obstante, esta zona del sur se enfrenta a un problema que parece cronificado pero que en los últimos años ha elevado de intensidad, ha subido de nivel.
Es la guerra del narco. Cada vez es más frecuente leer o escuchar en las comunicaciones de Policía Nacional y Guardia Civil que se han incautado armas de guerra. Este lunes les ponemos nombre: el Kalashnikov Zastava y el subfusil Scorpion, artillería que llega procedente de la extinta Yugoslavia y que fue utilizada en las terribles contiendas bélicas en Croacia, Bosnia y Kosovo. El arsenal alcanza las manos de los narcotraficantes ya sea a través de Marruecos o en la 'dark web'. Y lo más sangrante: sus balas penetran como un cuchillo en la mantequilla entre los chalecos de protección de nuestros agentes.
Su detonación provocó un estruendo enorme hace escasos días cuando en muchos lugares de Sevilla se sintió el tiroteo en las Tres Mil Viviendas. No es habitual, pero sí se puede decir que en la provincia de Cádiz es donde se están usando más este tipo de armas, al ser lugar de entrada de droga tanto en el Estrecho de Gibraltar como en la desembocadura del Guadalquivir.
Los agentes saben a qué se enfrenta, y por eso son continuas sus reclamaciones, para evitar futuras tragedias. Durante meses clamaron por la proliferación de las narcolanchas y los ridículos medios con los que contaban para frenar estos demonios del mar. Hasta que una de ellas (mejor dicho, el piloto) arrolló a dos trabajadores de la Guardia Civil y los asesinatos pusieron el foco y la relevancia en este punto olvidado, al que no le conceden su especial singularidad.
¿Es necesario otro cadáver encima de la mesa, agujereado por estos fusiles en manos de gente de la peor calaña, para tomar medidas más drásticas? El Gobierno ha licitado 117 chalecos antibalas para agentes antinarcos de la zona del Estrecho. Hay movimientos pero sigue siendo insuficiente. Los delincuentes toman ventaja en esta guerra del narco que nuevamente sube de nivel.