El Apunte

Fango y miedo para dividir

El PSOE alimenta un mensaje victimista a la vez que trata de confundir las políticas de VOX con las del PP

En política, el miedo puede convertirse en el mejor aliado para ganar votos. Del mismo modo, la cultura del odio se ha instalado en una sociedad cada vez más polarizada que utiliza, para mantener vivo el discurso, mensajes apocalípticos, para esparcir el fango, cuanto más ... mejor. Pero en este ámbito, se puede aparentar ser víctima y en realidad actuar verdugo sin rubor, para desgastar al adversario.

Con la campaña electoral de las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, ya empiezan a producirse convocatorias como la que el pasado viernes encabezó la vicepresidenta Yolanda Díaz, o la que protagonizaron ayer en Cádiz, la ministra Teresa Ribera, candidata socialista, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el Secretario General del PSOE-A, Juan Espadas, junto al secretario provincial de los socialistas gaditanos, Juan Carlos Ruiz Boix.

Siguiendo las mismas directrices que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el principal mensaje de los socialistas en Cádiz fue hay que frenar a VOX y PP, metiendo a ambos partidos en el mismo saco, asegurando que poco menos que ponen riesgo para la democracia en España.

«El discurso de odio es un problema social que va en aumento, divide a la sociedad y supone un claro riesgo para la democracia», señalaba ayer el PSOE en un comunicado, tras la enésima trifulca que comenzó Óscar Puente al atacar sin motivo conocido al presidente de Argentina, Javier Milei. El ministro de Transporte parece haber conseguido su objetivo: la respuesta esperada de Milei, que en el VIVA24 de Vox llamó a Sánchez «Calaña atornillada al poder, aun con la mujer corrupta y se toma cinco días para pensarlo».

En estos fangos políticos, Pedro Sánchez se mueve como un auténtico especialista a la hora de confundir al ciudadano de a pie entre la ultraderecha y la derecha moderada, con el único objetivo de alimentar el odio de sus partidistas hacia los que tienen una ideología diferente, por mucho que ahora intente hacer ver lo contrario.

El funambulismo político del presidente del gobierno no tiene límites, y para ello cuenta con un ejército de fieles, entre ellos el expresidente del Gobierno Rodríguez Zapatero, entregados a la causa sanchista sin rechistar. Por delante podría llevarse la concordia social e incluso al PSOE, pero lo primero es lo primero: el poder.

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