El apunte

El falso milagro de la obra pública

El maná de los fondos comunitarios y las elecciones municipales de mayo provocarán una sensación de recuperación

Será habitual. Y común entre todas las localidades. Se avecina un invierno y comienzo de primavera con periódicos repletos de fotografías similares y redundantes. Estrenos, inauguraciones, reaperturas, colocación de la primera piedra... muchos de esos proyectos manidos y manoseados tras años de cacareo empezarán ... a ver la luz o a culminar su periplo cuasi eterno, según toque. Con los alcaldes y concejales cuales estrellas de rock.

Confluyen dos variables que aceleran estas acciones: el maná de los fondos comunitarios y las elecciones municipales de mayo. Europa riega con dinero público a sus socios como fórmula para combatir la crisis generada por la pandemia y la inflación derivada entre otras cuestiones por la guerra en Ucrania. Asumiendo que la austeridad resultó fallida en la anterior gran depresión, desde Bruselas manejan numerosas siglas (ITI, EDUSI, FEDER o el pomposo Next Generation) para afrontar una situación convulsa que puede acabar con el sistema de bienestar tal como lo entendemos. Y los dineros empiezan a llegar a las maltrechas arcas consistoriales.

Y a ello se suman los comicios locales. El tablero dividido por la irrupción de nuevas fuerzas políticas obliga a aumentar la tensión. Si durante los cuatro años nuestros representantes parecen estar en permanente campaña, es fácil imaginar cómo subirán los decibelios en cuanto llegue ésta. Desde Cádiz a El Puerto, de San Fernando a Chiclana, los proyectos más emblemáticos (museo del Carnaval, paseo fluvial del Guadalete, plaza del Rey, Alameda del Río...) se presentarán como el principal aval de cada regidor para mantenerse en el poder la próxima legislatura.

Nada reprobable. Hasta comprensible. El temor es que la ciudadanía se deje engañar por esos cantos de sirena, que caiga en la trampa de una recuperación ficticia, que asuma como un milagro esta situación coyuntural, y que no advierta la crisis que aguarda a la vuelta de la esquina, como apuntan todos los expertos. Y que las alegrías de estos meses especiales desemboquen en una nueva frustración, ese término que parece haberse impuesto de manera demoledora en la actual sociedad proclive a los espejismos, donde no siempre lo que se ve es lo que hay.

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