Opinión
El éxito invisible
La lucha contra el fuego está llena de profesionales anónimos de los que nunca se sabrá la heroica labor que hacen cada día
A veces, incluso en muchas ocasiones, la mejor de las noticias es la que no sucede. Porque precisamente las informaciones son excepciones, aunque en el imaginario colectivo quede esa sensación negativa, un 'qué mal vamos' o 'cada vez estamos peor'. No es verdad. Los asesinatos, ... los accidentes graves, los atracos, las enfermedades exóticas... no son la norma, y si lo fueran dejarían de ser noticia.
Asistimos horrorizados, especialmente en esta época del año, a los incendios que asolan el país, incluso fuera de nuestras fronteras. Sentimos un pellizco cuando vemos arder los bosques, cuando el fuego se propaga por las montañas y la lengua ardiente arrasa con la vida de fauna y flora. Ya nos quedamos sin palabras en esos días aciagos en que devora las viviendas y, por supuesto, a vecinos y trabajadores que luchan contra el fuego.
Por ello, aunque parezca imposible, es necesario destacar las tragedias que no pasan... porque hay personas que trabajan para que no pasen. Loable la labor de los bomberos y de los responsables del plan Infoca que reducen a la mínima expresión los incendios en Cádiz y Andalucía, y que aún así se levantan cada mañana con la intención de mejorar y lograr un imposible pues no depende de ellos.
Las estadísticas de este verano son muy positivas. Aunque se han quemado más hectáreas, se han registrado menos incendios que el año pasado, especialmente atípico por las lluvias justo antes de la temporada estival. Lo más llamativo es que ocho de cada diez siniestros que se comunican se quedan solo en conatos de incendio, y es por la pronta reacción de este plan que moviliza tantos recursos y ofrece tan buenos resultados. En Andalucía son 4.700 profesionales que forman el dispositivo más preparado y con más medios de todo el país.
Contra sus éxitos juegan en contra dos variantes: la primera es la mencionada, que se basan en la 'no' noticia. La segunda es que no se pueden confiar y bajar la guardia, pues dependen de estar siempre alerta. Ellos y la población en general. La concienciación es clave en esta batalla. Sólo queda esto: una palmada en la espalda, y a seguir.