APUNTE
Enfrentado a la policía
El último episodio entre Kichi y la Policía Local resume muy bien buena parte de su mandato como alcalde
Kichi va a acabar su mandato como alcalde de Cádiz como lo empezó, con un enfrentamiento abierto con la mayor parte de los agentes de la Policía Local que están bajo su mando político. Y lo va a hacer también con una perversión de la democracia que ha sido una constante a lo largo de sus ocho años en el sillón de San Juan de Dios: utilizando a la institución que representa para proclamar su ideología política y su sectarismo.
Por partes. El sindicato Unión de Policía Local y Bomberos de Andalucía (UPLBA) anunció ayer que se adhería al acuerdo regulador de las condiciones de trabajo alcanzado entre Ayuntamiento y el resto de trabajadores municipales de forma conjunta. La negociación de dicho acuerdo ha sido una enorme batalla entre ambas partes que se ha prolongado años. Y ha sido la causa por la que la Policía Local se ha negado a hacer servicios extraordinarios como el refuerzo de la seguridad en los barrios, la vigilancia de las playas o el refuerzo de las patrullas de barrio, venta ambulante y contra la violencia machista. Desde el inicio de su mandato Kichi ha dejado clara su falta de empatía con las fuerzas de seguridad en general y con la Policía Local –que es la que está bajo su paraguas– en particular. Ejemplos hay muchos, desde el pescador ambulante sin licencia, los conflictos con los agentes en los desahucios o sus arengas a los trabajadores más radicales durante la huelga del Metal megáfono en mano. En todos esos episodios, su vertiente activista se impuso siempre a la institucional que debe presidir todos y cada uno de los actos de una figura tan importante como la del alcalde de Cádiz.
Y es que además, y esta es la segunda parte, ha utilizado de forma partidista la institución que representa, nada más y nada menos que el Ayuntamiento de Cádiz. Kichi puede estar más o menos de acuerdo con las peticiones de los agentes de policía. Puede ser más o menos duro en las negociaciones. Ambas cosas son perfectamente respetables. Pero lo que se no se puede permitir bajo ningún concepto es que utilice las vías oficiales de comunicación del Consistorio para expresar opiniones en base a su ideología, como hizo ayer criticando a los agentes por adherirse al acuerdo «justo después de las elecciones». Para eso está el servicio de prensa de su partido, Adelante Cádiz. Hacerlo por la vía oficial es utilizar la institución en tu beneficio, para impartir doctrina. Quizá ese sea uno de los motivos, hay muchos más, por los que los gaditanos han decidido que la izquierda radical debe estar fuera de esta institución.