APUNTE
El empleo aguanta
Cádiz logra rebajar su tasa de paro en el último trimestre a pesar del vaivén de la hostelería
Cara y cruz del empleo en Cádiz. El dato del paro correspondiente al mes de septiembre arrojó un dato escalofriante sobre el número de trabajadores que han ido a la calle en la provincia tras el fin de la campaña de verano. El final de la temporada estival ya se advirtió en agosto con una leve subida del paro en más de 219 personas en la provincia, sin embargo, el mes de septiembre fue nefasto con la destrucción de los contratos realizados durante el verano en hostelería. Cádiz se coronó con un aumento del desempleo de 5.352 personas, un 4,2% más que en el mes de agosto.
Ocupó así el 'top five' de las provincias españolas donde más subió el paro en septiembre junto con Melilla, Cáceres, Zamora y La Rioja. El contingente de parados asciende en estos momentos a 131.778 personas, según las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE). Ahora es la Encuesta de Población Activa (EPA) correspondiente al tercer trimestre del año la que pone negro sobre blanco al advertir que el paro en la provincia desciende levemente situando su tasa de desempleo en el 21,3%. Cádiz cerró este tercer trimestre de 2023 con 2.800 desempleados menos respecto a mayo-junio, lo que deja la tasa de paro en el 21,38% (a nivel andaluz tiene peores datos Granada y Jaén); nueve puntos y medio por encima de la media nacional y algo más de dos sobre la andaluza.
Esta EPA dibuja una provincia de Cádiz con 2.800 parados menos y a la vez 9.100 ocupados más. ¿Cómo se explica que el paro suba en septiembre y la EPA fije un descenso? No es lo mismo demandantes de empleo, que es lo que registra cada mes el Servicio Andaluz de Empleo (131.778 en septiembre) que personas sin trabajo, que es lo que anota la EPA, que en el caso de Cádiz son 127.500 personas sin trabajo. El mercado laboral, una vez más, vuelve a sorprender por una fortaleza hasta ahora desconocida, que está resistiendo contra todo pronóstico todas las sacudidas que está sufriendo una economía que ya sí empieza a atisbar ciertos síntomas de desaceleración.
Ni la inflación, ni la guerra, ni la subida de tipos están haciendo mella en un empleo que sí parece que ha cambiado de rumbo y ahora es capaz de crecer más ajeno al PIB que nunca y bastante por encima. Es más, en un escenario de enfriamiento económico e incertidumbre geopolítica, el mercado de trabajo ha hecho gala este verano de un inusitado dinamismo tras acelerar su ritmo anual al 3,5% y sumar más de 200.000 nuevos empleos en el conjunto del país, concretamente 209.100, el triple que hace un año, según se desprende de esta última EPA.
