EL APUNTE
El efecto letal de las plagas invasoras
El alga asiática o el avispón oriental preocupan en la provincia
La situación estratégica de Cádiz, donde el Atlántico y el Mediterráneo se funden en el Estrecho, supone un atractivo reclamo para las especies invasoras. El cambio climático que sufrimos desde la última década ha sido el detonante de la llegada de estos nuevos vecinos. El ... alga asiática, por ejemplo, ha terminado por cubrir las aguas que bañan el Campo de Gibraltar y arruinar así a buena parte de la flota pesquera gaditana, entre ellos, los pescadores del sector artesanal. Se advirtió en Cádiz en 2015. La principal hipótesis de su llegada a España se cree que fue mediante el agua de lastre de los barcos de mercancías procedentes de Asia. Incluida en el Catálogo español de especies exóticas invasoras, Rugulopteryx okamurae crece en aguas del sur de España por las condiciones idóneas de temperatura del agua, luz y nutrientes. A pesar de que está presente todo el año, primavera y verano es su época de mayor crecimiento, porque es cuando hay más luz y la temperatura es más alta. También, lamentablemente, es cuando más daño social producen. El alga asiática suele vivir a bastante profundidad. Ahora acaba de conquistar Cádiz una nueva especie invasora. Se trata del avispón oriental, que se ha instalado en la Sierra de Cádiz poniendo en jaque a los apicultores de la zona. Es letal para las abejas. De hecho la producción de miel artesanal ha mermado. Es lógico que a estas alturas y con estos problemas sobrevenidos se pida una mayor implicación de las administraciones públicas para el combate y la prevención de estas especies invasoras. El avispón oriental es un problema que cada vez va a más y que requiere de una especial atención por parte de las instituciones competentes. Además, la expansión de esta especie invasora también perjudica a muchos insectos autóctonos. Sin la ayuda de los organismos competentes, los apicultores han tenido que buscarse la vida por su cuenta para evitarlo. La primera opción es detectar y destruir los avisperos. Pero esa no es la única manera de combatirlo. En la época de fecundación de la Vespa orientalis, que se produce entre febrero y mayo, intentan también «trampear» lo máximo posible. Es evidente que Gobierno, Junta, ayuntamientos y Diputación tienen que unir sus fuerzas y coordinar planes especiales para evitar que las plagas sigan dañando a nuestra economía.