el apunte
La distancia entre la promesa y la realidad
En política abundan promesas que se quedan en eso, pues resultan difíciles o sencillamente imposibles de traducir en realidades
Es la nueva política. Aunque tan frágil que por lógica resulta efímera y empieza a estar en decadencia. Antes, ser político era algo aburrido. Su compleja retórica obligaba a un esfuerzo intelectual. La 'res' publica formaba parte de las élites. Los representantes de la sociedad ... o aquellos que aspiraban a serlo engolaban sus discursos hasta el punto de hacerlos ininteligibles.
Pero eso cambió. La democracia alcanzó la calle, igualando por debajo el discurso y los diálogos. También las propuestas. De ahí al populismo sólo restaba un paso, y los programas y mítines comenzaron a llenarse de propuestas que sólo buscaban llamar la atención. Inalcanzables pero fácilmente reproducibles, comprensibles por el más común de los mortales y jaleado por los medios que encontraban una audiencia mayoritaria.
Promesas. Promesas que se quedan en eso, pues resultan difíciles o sencillamente imposibles de traducir en realidades. Provocando la frustración en un electorado que se ha ido alejando de esos planteamientos quiméricos y que se ha vuelto descreído hasta alcanzar a veces un cinismo realmente preocupante. Nadie vota ya en función de las propuestas, por mucho que se esfuercen los políticos, y el ciudadano antepone cuestiones como la ideología, simpatía o incluso sensaciones, muy por delante de los proyectos.
En Cádiz ya ha comenzado una campaña electoral con proposiciones sorprendentes. Desde Adelante lanzan ideas que no fraguaron en ocho años de Gobierno, por lo que merecen toda duda y la pregunta ¿por qué ahora sí? Incluyen hasta ideas rompedores: dentistas, psicólogos y canguros gratuitos. Gratis pocas cosas quedan.
Podemos aboga por poner de pago el Parque Genovés y los museos en un extraño interés por acercar la sostenibilidad y la cultura. El regreso de las ninfas del Carnaval, viviendas sobre el mar, rutas temáticas, ciudad de la infancia... hasta un hilo musical en plena Avenida gaditana. Sería hasta divertido si esta capital no estuviera en una situación tan complicada después de ocho años de desgobierno. Una ciudad que sólo pide limpieza, mantenimiento y seriedad en la gestión. Pero claro, eso no vende ni rellena titulares en la prensa, ni minutos en la radio y en televisión.