El Apunte
Un día para el futuro de España, de todos
Hoy los ciudadanos tienen en su mano tomar una decisión, ejercer un derecho pero también una debida y necesaria responsabilidad
23-J. Ya está aquí. La fecha que tanto se ha discutido, incluso que hace unos meses no se esperaba, ya ha llegado. Este domingo los españoles con derecho a voto eligen cuál quieren que sea su futuro. El más inmediato y, también, aquel que quieren que se siga fraguando día a día para no destrozar un país y una provincia como Cádiz, que ya está lo suficiente mermada. Este domingo la democracia se volverá a manifestar y su resultado será determinante para que quienes tomen el mando lo puedan hacer de una manera u otra. Con mayoría, sin ella, con pactos, sin ellos. Y también qué rumbo llevarán. En economía, en políticas sociales, en educación, en sanidad, en todo aquello que, en definitiva, nos afecta a todos. Absolutamente a todos.
Por ello es determinante, crucial, que, a pesar de ser verano, de estar de vacaciones, en la playa, de descanso o trabajando, todos acudamos a las urnas. A ejercer ese derecho que tenemos pero también un deber. Una responsabilidad que costó mucho conseguir tras períodos en los que se coartaba esa participación activa en la política y que otros nos dejaron con su lucha en herencia.
Es vitalmente necesario ir y decidir. Y pensar en el bien común. Por ello esa participación es crucial porque harán más justos los resultados ya que podrán reflejar mejor así el sentir de la mayoría de una población que está necesitada de respuestas, de resultados, de cambio.
Porque eso es lo que presumiblemente se espera. Alguien que pueda asumir de verdad, con propuestas reales, con previsión y sin descoser nada más la gestión de un país que requiere urgentemente de un mando que organice y no que desorganice. Un equipo de personas que piense en cada uno de los que les votaron, y de los que no, a la hora de dirigir. Y no de políticos que se plantean sólo el mejor camino para que nadie deshaga sus planes que pasan, principalmente, por no moverlos de sus sillones.
Es la hora de pensar en uno mismo y en todos. De apostar por los que pueden trabajar en serio y no doblegarse a los intereses de otros para continuar su carrera. Es la hora de la democracia y eso significa que ha llegado el momento de elegir