APUNTE
El comercio online, un hábito imparable
El comercio tradicional está ya condenado a convivir con el electrónico. Innovar es la única alternativa
Renovarse o morir. Cuando se repasan los últimos datos ofrecidos por encuestas sociales oficiales -no manipuladas según intereses de quien las ofrezca- es difícil no reflexionar sobre que lo que antes se considera una modernidad, una alternativa o algo pasajero, ya es todo un hábito. ... Las compras por internet han ido creciendo en la última década para ser ya casi la primera forma de consumir que existe. Y este hábito no tiene quien lo frene. Al revés. El marketing y la publicidad de las marcas se destina casi más ahora a este tipo de comercio. Sencillamente porque es donde hay negocio y además sin límite -ni geográfico, ni en cantidad-.
Según se cuenta hoy en este periódico casi un 70 por ciento de los gaditanos han comprado por la Red en los últimos tres meses. Si nos vamos a datos regionales, la cifra aumenta. Al igual que si se revisa el índice nacional. Y se compra de todo. Lo que más, ropa y calzado. Pero también se consume electrónica, o se contratan viajes o plataformas digitales, o se miran seguros para el coche o la casa, o se opta por entradas de cine, de conciertos, libros... de todo.
Por tanto, el negocio tradicional se ve obligado a evolucionar. Cada vez son más las tiendas físicas que cierran. En Cádiz hay un ejemplo claro en la calle Columela. En El Puerto, lo hay en el centro comercial de El Paseo o todo su centro. O Jerez. O Chiclana... La realidad es la que es, por muy cruda que parezca. Quien no asuma que no se compra por Amazon o por cualquier web de moda no ve lo que ocurre. Ir de compras desde el sofá es ya una costumbre como la de ver el fútbol o pasar el tiempo con un libro. Ahora todo se consulta online.
En este sentido el tinte romántico de la vieja tienda de la esquina puede sobrevivir pero si es capaz de ofrecer ese trato personal del que presume. O si da un añadido tan importante, en calidad, en producto, en confianza... que haga que David pueda ganar a Goliat.
Confiar solamente en que el cliente seguirá entrando por la puerta es muy arriesgado. Los tiempos cambian, como cambiaron los de nuestros abuelos y nuestros padres. E internet es ese gran 'monstruo' de la comunicación y las relaciones que ha transformado tantos hábitos como páginas webs ofrece a diario. A cualquier hora del día.
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