EL APUNTE
Un cambio obligado en el castillo
Ayuntamiento y Gobierno tendrán que olvidar el pasado, los seis años de dejadez, para construir el futuro
El Castillo de San Sebastián es competencia del Gobierno de España. Habrá muchos gaditanos que aún no lo sepan y se lo atribuyan al Ayuntamiento, y quizás esa sea la puerta trasera por la que huir y desentenderse. Porque no es lógico ni normal como ... se ha desentendido de este monumento único que ha vivido todas las etapas históricas de esta ciudad trimilenaria. Y se instaló en la era de la absoluta decadencia.
Ante tal desidia, no va a quedar otra que consumar lo que ya se empieza a mover a nivel 'chascarrillo'. El castillo pasará a ser de titularidad municipal. Es la única manera de ofrecer garantías, con los gaditanos, empezando por su alcalde, velando por un patrimonio vilipendiado por los otros. Sus responsables se quejan del pésimo estado en el que se encuentra el interior del edificio, sin querer reparar no en los motivos, sino en las causas (seis años y medio cerrado, sin mantenimiento) y en los causantes. Aquellos que lo mantuvieron cerrado a cal y canto.
Bruno García no quiere hacer sangre. Huye de la refriega política, de la batalla entre administraciones, pues considera que la manera de lograr lo mejor para Cádiz es ir todos de la mano: Ayuntamiento, Diputación, Junta de Andalucía y Gobierno de la nación. Ha mostrado buena sintonía con la actual subdelegada, Blanca Flores, a la que libra de los desmanes del pasado pues sólo suma un año en el cargo. Y acepta el envite: está dispuesto a asumir la gestión de este enclave singular como ocurriera con el castillo de Santa Catalina.
No obstante, todo eso requiere una conversación, una negociación, y será a partir del 30 de septiembre, cuando se volverán a cerrar las puertas de la fortaleza tras abrirse este verano. La recuperación del espacio (antiguo santuario fenicio) que alberga el inmueble supuso una inversión y una operación destacada, pues se llegaron a retirar hasta 25 toneladas de residuos. Si el interior se encuentra en el penoso estado que refieren los encargados de su mantenimiento, el gasto se puede elevar a cotas inasumibles por el Consistorio. De nuevo habrá que trabajar de la mano y de manera leal para hacer de tripas, corazón, olvidar el pasado (no el del castillo, el de este largo lustro de dejadez) y recuperar un escenario mágico que muchos gaditanos visitantes aún no han podido conocer. Y no por falta de ganas.