EL APUNTE
Cádiz no puede perder este tren
Renfe se ha convertido en un servicio de poca fiabilidad bajo la gestión del Gobierno actual
Para una ciudad como Cádiz, aislada por su situación geográfica, los desplazamientos en tren deberían ser la mejor manera de desplazarse en servicio público. Lamentablemente, no es así porque las medidas adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez han provocado que este servicio haya quedado ... denostado.
Desde que el Consejo de Gobierno aprobara la puesta en marcha los abonos gratuitos de Renfe, para paliar los efectos de la inflación, la falta de plazas ha castigado a muchos usuarios de recorridos de Media Distancia que, como explicaba ayer el diputado popular Miguel Ángel Sastre (mostrando unas búsquedas hechas en la propia aplicación de Renfe para viajar desde Cádiz a Jaén), se encuentran la mayoría de plazas ya completas a un día vista y teniendo que esperar en muchos casos un par de jornadas para encontrar un hueco libre.
Ante las quejas de los usuarios, el principal operador ferroviario español anunció la implementación de controles aleatorios destinados a detectar prácticas fraudulentas, tales como la cesión indebida de los abonos a terceros o la no cancelación de reservas. Pero parece que no ha surtido demasiado efecto esta medida.
Sastre asegura que la situación de los trenes en Cádiz, también con frecuentes inconvenientes técnicos que ocasionan retrasos en los desplazamientos, «roza ya el límite», por lo que desde el PP van a llevar una iniciativa al Congreso de los Diputados para solicitar una mejora en la conectividad de la provincia, en toda la línea 76, que une Cádiz con Sevilla, Córdoba y Jaén.
Por ello, van a solicitar que se reserve un porcentaje de billetes que no comiencen a venderse hasta 12 horas antes del horario previsto de salida, para que quienes necesiten hacer un viaje de última hora debido a una urgencia puedan disponer de mayores opciones de acceder al tren.
Este despropósito se suma a incidentes como los que vivieron hace unos días los pasajeros en esta línea, obligados finalmente a realizar parte de su viaje en autobús.
Como asegura Sastre, «antes Renfe era una bandera, un motivo de orgullo, pero ahora se ha convertido en algo de muy poca fiabilidad».