EL APUNTE
Ansiedad por la vivienda
La competencia por conseguir alquilar un inmueble crece y provoca problemas de salud mental
Alquilar una vivienda cada vez resulta más complicado. En Cádiz, la situación se complica aún más por sus condicionantes geográficos. A la subida de los precios se suma la pérdida de poder adquisitivo de los ciudadanos y la implantación de la vivienda turística, pese a ... que el Ayuntamiento gaditano ha puesto freno a su crecimiento. Todo ello forma un cóctel explosivo, que en un contexto inflacionista como el actual, está ahogando a muchos hogares y empobreciendo a las clases medias.
La situación no invita precisamente al optimismo y genera un estrés importante entre las personas que necesitan acceder a un inmueble en régimen de alquiler.
Un reciente estudio asegura que la mitad de los españoles que viven en alquiler ha sufrido estrés o ansiedad. La situación, según los resultados, se agrava entre los jóvenes, que cada vez tienen que alargar más el momento de independizarse y abrazar una vida autónoma.
Concretamente, el informe 'La Situación de la vivienda en España' llevado a cabo por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y la empresa GAD3, señala que el 60% de quienes declaran ingresos inferiores a los mil euros en su hogar manifiestan haber vivido en los últimos tiempos estrés o ansiedad.
Sin apenas viviendas en el mercado, las posibilidades de acceder a un alquiler se reducen drásticamente, siendo especialmente complicado para jóvenes y colectivos vulnerables.
En el caso de la capital, hasta 22 familias compiten por cada oferta de alquiler, lo que supone, según se apunta en Idealista, un aumento del 19% respecto a la proporción que se registró durante el segundo trimestre de 2023.
Así, el portal Idealista señala que el coste de alquilar una vivienda en la capital no ha hecho más que subir en los últimos años. Agosto llegó a alcanzar los 11,1 euros/metro cuadrado, pero la cota más alta se marcó el pasado junio con 11,4 euros/metro cuadrado.
Los últimos 12 meses, en los que ha estado en vigor la Ley de Vivienda, han acelerado la tensión que sufren las familias en busca de una vivienda de alquiler, con un crecimiento del 55%.
En definitiva, el contexto, con la vida cada vez más cara y con el objetivo casi imposible de poder cambiar de casa en caso de necesidad, no invita precisamente al optimismo. Y la salud mental lo sufre especialmente.