EL APUNTE
Alertar, que no alarmar
La Junta de Andalucía, ayuntamientos y hasta los ciudadanos aúnan esfuerzos para combatir esta enfermedad
Es así. El virus del Nilo, que se antojaba algo tan lejano como el origen del nombre, ha ido tomando cuerpo y se ha convertido en un problema real. La enfermedad propagada por el mosquito ha multiplicado sus casos desde que se descubriera en diferentes ... poblaciones de la Andalucía Occidental. Este verano han costado tres vidas (personas ancianas y vulnerables) y decenas de pacientes se encuentran hospitalizados en Sevilla.
En Cádiz ya se ha detectado la presencia de este virus en Jerez y Barbate, aunque sólo se tiene constancia de la afección de un caballo que tuvo que ser sacrificado. Poco o mucho, la siguiente sentencia muestra la evidencia: la Junta de Andalucía ya está más preocupada por el virus del Nilo que por el covid. Apenas se registran infectados leves por el coronavirus y sin embargo aumentan los afectados por el VNO, que también ha dado el salto a Huelva.
El ente autonómico, en plena colaboración con los ayuntamientos, no se quiere confiar y ha puesto en marcha numerosas iniciativas para evitar que se propague la transmisión. Hay que alertar, que no alarmar, inciden. Por ello se ha implementado una potente campaña informativa en la que se recomienda permanecer alejados de aguas estancadas especialmente a la caída de la tarde, cuando hay más riesgo de picadura. A su vez, desde las administraciones locales fumigan arrozales y las zonas donde el insecto puede estar tanto en adulto como en larva. Hasta se están utilizando drones para llevar a cabo esta medida.
A raíz de este problema de salud publica ha surgido una plataforma ciudadana que ofrece visibilidad mediática a la situación (ya ha habido dos concentraciones) y que también recopila diferentes demandas, como la aplicación de una vacuna, la necesaria fumigación y protocolos en hospitales y centros de salud, donde en muchas ocasiones no se sabe diagnosticar ni tratar.
Con el virus del mono en lontananza, todos los esfuerzos se agradecen para frenar esta enfermedad que ahora mismo afecta sobre todo a personas mayores (¿les suena?) pero que ha de atajarse para que no se desboque. De estas actuaciones depende que estas noticias propias de los últimos veranos se queden en una (triste) anécdota o acaben convertidos en un drama sanitario.
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