opinión
El teatro nos hace libres
El drama carcelario es un subgénero que suele tener buena acogida entre los espectadores
El drama carcelario es un subgénero que suele tener buena acogida entre los espectadores. A lo largo de la historia del cine han sido muchas las películas que nos han introducido en el interior de las prisiones para conocer in situ como viven los reclusos ... y como afrontan la pérdida de libertad.
Prisiones donde se vende droga, donde se establecen bandas , donde hay violaciones o asesinatos y en definitiva, donde prevalece la ley del más fuerte. También hay centros penitenciarios donde las condiciones son tan inhumanas que los reclusos intentan mejorar sus condiciones de vida. Recordamos, por ejemplo, «El expreso de medianoche», donde un joven occidental es encarcelado acusado de tráfico de drogas y es sometido a todo tipo de vejaciones en la prisión.
Pero, también hay títulos en que sobrevuela la pena capital sobre los protagonistas como son los casos de «La milla verde» o «Pena de muerte»; con condenas de por vida («Cadena perpetua», «El hombre de Alcatraz») o vinculadas al terrorismo como «En el nombre del padre» o la española «Maixabel». Hablando de cine español hay otros dos títulos excelentes como fue la película de Daniel Monzón, «Celda 211» o la más reciente «Modelo 77», de Alberto Rodríguez que relata un hecho reivindicativo en la cárcel Modelo de Barcelona.
En el terreno de la comedia Berlanga, siempre Berlanga nos llevó a todos a la cárcel para recordar como un grupo de presos regresa a la cárcel en que estuvieron durante el franquismo y al mismo tiempo denuncia la creciente corrupción entre la clase política de la época.
Fuera de todo esto está la película que se ha estrenado este último fin de semana «Las vidas de Sing Sing» en que un pequeño grupo de presos encarcelados en el centro correccional Sins Sing, una de las prisiones de máxima seguridad más famosas del mundo, se propone montar su propia obra teatral como parte de un programa de artes escénicas. Es un programa que se está dando en prisiones de varios países que ven el teatro como herramienta de resocialización de los reclusos, entendiéndose como algo liberador.
«Las vidas de Sing Sing» es un drama carcelario, diferente, donde no hay violencia y grupos de presos sin ningún tipo de motivación. Son hombres que cumplen largas condenas y que, salvando sus dudas, van acercándose al teatro , tanto desde la individualidad como desde la fuerza del colectivo. Shakespeare les guía, pero también las obras que escriben ellos mismos y las versiones que hacen de los clásicos.
Mientras preparan las obras y estudian técnicas actorales, los reclusos hablan de su propia vida y de sus sueños, como puede ser viajar a su lugar preferido, siempre fuera de las cuatro paredes que los encierran.
A través del teatro estos hombres consiguen mirar al mundo con esperanza y cómo un lugar en el que luchar por sus ilusiones. Basada en hechos reales, «Las vidas de Sing Sing» es una realista y emotiva historia en la que destaca el trabajo de todo el elenco, muchos de ellos actores no profesionales o incluso, presidiarios. Destacan las enormes interpretaciones de Colman Domingo y Clarence Maclin, los dos actores con un mayor protagonismo y, según todas las quinielas, firmes candidatos a ser nominados a los Oscar.