OPINIÓN
Sequía de obras maestras
Todas las citadas superan las dos horas de duración y, en particular, 'The Brutalist' que supera las tres horas y media de metraje
Cuando este artículo vea la luz, los Oscar se habrán repartido. Ha habido buenas películas durante 2024 pero, ninguna, alcanza la categoría de obra maestra. «Cónclave», «Emilia Pérez», «Anora» , «La sustancia» «A complete Unknown» o «The Brutalist» son, todas, historias muy diferentes que van desde ... la elección de un Papa, a la búsqueda de la juventud o a los sonidos inconfundibles de las canciones de Bob Dylan. Todas las citadas superan las dos horas de duración y, en particular, «The Brutalist» que supera las tres horas y media de metraje.
A mi «The Brutalist», reconociendo que es una buena película, se me hizo interminablemente larga. La épica historia de un arquitecto húngaro que intenta encontrar una nueva vida en Estados Unidos y volver a ver a su mujer de la que hubo de separarse durante la guerra, hizo que me removiera durante bastantes ocasiones en la butaca .mientras miraba con cierta asiduidad mi reloj. Son señales inequívocas de que me estaba cansando el relato, a pesar de todas las lecturas que pueden encontrarse y las indudables dosis de emoción y también de desgarro que podamos apreciar en esta notable película.
Algún critico ha llegado a calificarla como obra maestra desde su mismo estreno y recuerda que «El Padrino» fue vivida por Francis Ford Coppola como «una concesión que acababa con todos sus sueños de revolución hasta constituirse ella misma en la única revolución posible y necesaria».
Y sin duda, lo fue, pero no «The Brutaluist». Viene esto a colación de que acabo de ver la serie «The offer»(Skyshowtime) que ,durante diez capítulos, de casi una hora de duración, describe minuciosamente la génesis, las presiones y el rodaje de la que, para mí, es una obra maestra sin mácula: «El Padrino».
Lo hace a través de la visión de Albert S. Ruddy , el productor que se empeñó en llevar a la pantalla la novela de Mario Puzo que era ya un superventas. Él y Francis Ford Coppola se encerraron durante meses para escribir el guion mientras el productor debía sortear todas las dificultades empezando por las presiones de los directivos de la Paramount; las trabas que ponían para concretar el reparto, particularmente, por la negativa a que Al Pacino protagonizara la cinta; la búsqueda de localizaciones y sobre todo las presiones de la mafia que no estaba dispuesta admitir una película que cuestionara sus métodos. Ruddy aparece como un hombre perseverante y hábil, capaz de sortear todas las dificultades ,incluidas las presiones de la mafia que, acabó convirtiéndose en aliada de la película, protegiendo su rodaje.
El éxito de «EL Padrino» fue inmediato porque los directivos de la Paramount coparon trescientas salas para su estreno, sorteando así el que la película no se estrenara en la época más favorable del año. Las criticas la ensalzaron y los espectadores se sumieron en la historia de los Corleone con un Marlon Brando en modo superlativo. Costó seis millones de dólares y recaudó casi doscientos cincuenta.
Los Oscar refrendaron el reconocimiento general y concedieron a «El Padrino» el galardón de mejor película. Algo que se repetiría en 1974 con «El Padrino dos», la única secuela que ha sido premiada con el considerado Oscar más importante.
He visto la serie y en los próximos días volveré a ver, una vez más, la historia de los Corleone y sus secuelas para reafirmar, una vez más, que es una auténtica obra maestra.