OPINIÓN
Ese cine oculto
Las salas, ya lo hemos comentado aquí mismo, no son capaces de proyectar el aluvión de películas que nos llegan semana tras semana
Ahora las salas juegan un papel secundario a la hora de ver una película. Las plataformas se han convertido en un almacén al por mayor que acumula cinta tras cinta muchas de las cuales, con los años, acabarán desapareciendo. Hay títulos que ya son difíciles ... de encontrar porque no aparecen en ninguna plataforma y tampoco los hallas en las escasas tiendas especializadas en dvd. No hace mucho, los grandes almacenes tenían secciones estupendas dedicadas al cine, con las novedades y las reediciones de películas , hoy prácticamente han desaparecido y si tienen películas es en un pequeño habitáculo. No sé, si con los años, como está ocurriendo con los vinilos, volverán a ponerse de moda y la gente querrá tener una película en formato físico con unos buenos extras, algo de lo que carecen las proyecciones que vemos en las plataformas.
Las salas, ya lo hemos comentado aquí mismo, no son capaces de proyectar el aluvión de películas que nos llegan semana tras semana. Algunas, en el mejor de los casos, están una o dos semanas en los cines y siempre de las grandes ciudades porque otros estrenos no llegarán nunca a Cuenca, León o Cádiz. Esas películas no existirán para el gran público y solo pasado el tiempo podrán verla en alguna plataforma de pago o alguna televisión, si sus responsables deciden adquirirla.
En el último festival de cine Iberoamericano de Huelva vi alguna interesante película que no podrá ver mucha gente como ocurre esta semana con el estreno de una película india que obtuvo el Premio Especial del Jurado en el último festival de Cannes
«La luz que imaginamos» es uno de esos títulos que nos llegan a hurtadillas y que, sin embargo, encierra una bella historia y una narración llena de matices y verdad sobre tres mujeres de diferentes generaciones en el Bombay de nuestros días. La joven cineasta india Payal Kapadia, cuenta una historia de amistad entre tres mujeres y una ciudad populosa, agobiante en que la vida no se detiene nunca. Todas han dejado atrás sus casas, sus pueblos para encontrar trabajo y oportunidades en la gran urbe.
La película muestra su rutina diaria en una ciudad en la que es difícil encontrar un camino y un modo de vida y en donde las tradiciones , las castas, las religiones tratan de imponerse a la modernidad. El cine nos permite acercarnos a otras culturas y otros países conociendo sus inquietudes y problemas que, en buena medida, no difieren en demasía de los que tienen los ciudadanos de cualquier gran urbe. «La luz que imaginamos» es una historia de gente corriente que, merece ser vista por el mayor número de espectadores.
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