Opinión
Almodóvar cuenta qué ocurre en la Habitación de al Lado
Como digo la película narra con contención y delicadeza un tema tan controvertido como es la eutanasia
No sé si queda algo por decir de «La habitación de al lado», la nueva película de Pedro Almodóvar, la número veintidós en su carrera y, galardonada recientemente con el León de Oro en el festival de Venecia.
Estoy un tanto saturado de tanta promoción ... y publicidad sobre la primera película que el director manchego ha rodado completamente en inglés. Entrevistas en los principales medios, curiosidades del rodaje; opiniones del equipo técnico, de los actores y actrices o de cualquiera que pasase por allí. No puede decirse que el marketing no ha sido de primer nivel, como cualquier gran producción de Hollywood y muy encima de cualquier otra película rodada por un director español.
Mucho antes de que llegase a las carteleras «La habitación de al lado» sabíamos ya que su tema central es la eutanasia. No es un asunto que atraiga, en principio, a muchos espectadores, pero Almodóvar tiene mucho tirón y el público responde. Sigue siendo, muchos años después del inicio de su carrera el referente de nuestro cine a nivel internacional como en su momento lo fueron Luis Buñuel y también durante mucho tiempo, Carlos Saura.
Como digo la película narra con contención y delicadeza un tema tan controvertido como es la eutanasia. En ningún momento hay excesos y si un relato lineal que pone el foco tanto en la mujer que ha decidido dar por terminada su vida (Tilda Swinton) aquejada por una enfermedad incurable, como en la amiga (Julianne Moore) que se convierte en su sostén y apoyo durante esos días finales.
Todo el peso del relato recae en Tilda Swinton (Martha) y Julianne Moore (Ingrid). Ambas muestran en sus palabras, sus miradas y sus silencios la tensión contenida que conlleva la decisión de Martha. Las dos están muy bien pero no llegan a la excelencia porque resultan demasiado frías , no llegan a trasmitirnos sus sentimientos, a pesar de que «La habitación de al lado» es una de las películas más lineales y transparentes de la filmografía de Almodóvar. Creo que esa contención por miedo a caer en el melodrama, tan habitual en su cine, lastra la relación entre Martha e Ingrid y el contexto de la narración que, es una adaptación muy libre de la novela «Cuál es tu tormento» (Anagrama), de la escritora estadounidense Sigrid Nunez.
Ya he dicho que toda la acción se sustenta en Martha e Ingrid pero hay algunas historias paralelas como el desencuentro de muchos años atrás de Martha con su hija; la presencia de Damian (John Turturro) que, en distintos momentos fue amante de las dos o un flash back que recuerda a Martha como corresponsal de guerra, con la presencia casi testimonial de Juan Diego Botto y Raúl Arévalo.
Tengo claro, no obstante, que «La habitación de al lado» habla de la muerte, pero sobre todo de la vida y de la libertad de cualquier ser humano para vivir y para morir cuando la vida sea ya un sufrimiento para él y los demás. Un tema recurrente que, tratado de manera diferente, está en la estupenda «Los destellos», de Pilar Palomero o en la serie «Rapa» que actualmente está en las plataformas.
Martha es una periodista que ha vivido lo más dramáticos conflictos bélicos. Tiene un cáncer terminal y no quiere someterse a más tratamientos. Ingrid es una vieja amiga, escritora, con la que se reencuentra después de mucho tiempo y a la que pide que la ayude y acompañe durante sus últimas semanas. Martha ama la vida, pero no quiere un final que no tenga nada que ver con la vida que ha tenido. Ingrid, por su parte, tiene miedo a la muerte porque «considera antinatural desaparecer cuando estás viva» pero, decide ser la acompañante de su amiga, la mujer que esté a su lado en un país, EEUU, donde la eutanasia está penada.
En esa casa ambas disfrutan del entorno, de la naturaleza amenazada por el cambio climático, la lectura, la música o las películas que ven durante las noches. Almodóvar no renuncia a sus hermanamientos con grandes obras del pasado, en este caso «Persona», de Ingmar Bergman y Dublineses, la última película rodada por John Huston poco antes de morir, basada en «Los muertos», de James Joyce. También vemos a Martha e Ingrid sentadas en el sofá riendo con Buster Keaton y algunas secuencias del hombre que nunca reía.
No es melodramática, ni hiriente y si un tema tratado con naturalidad y lucidez por un cineasta que afronta desde su madurez un tema controvertido.