EDITORIALES
Un parche laboral fijo y discontinuo
Doce meses después de la entrada en vigor de aquella reforma, España sigue siendo el país de la UE con mayor tasa de paro
Lo que iba a consistir en la derogación de la reforma laboral de 2012 se quedó, hace ahora un año, en una mera modificación de la terminología y la estadística utilizadas para medir el desempleo. Doce meses después de la entrada en vigor de aquella reforma, España sigue siendo el país de la UE con mayor tasa de paro –especialmente abultada entre los más jóvenes–, con unas cifras que, además, encubren la temporalidad del empleo, estructural en nuestro mercado laboral, a través de la figura del 'fijo discontinuo', trabajador en paro que a gracias esta reforma no figura en las listas del Sepe.
Que en un solo año se hayan duplicado los contratos de este tipo, relanzados tras la reforma del Ministerio de Trabajo, revela las dimensiones de un parche que no solo viene a maquillar la estadística oficial, sino que invita a la autocomplacencia de un Ejecutivo cuyo conformismo le evita hacer frente a un problema que no ha desaparecido.