Editorial
La nueva fase de la guerra pone a prueba a la OTAN
Ya no son carros de combate y armamento lo que necesita Ucrania, sino sistemas antimisiles
Frustrada la operación terrestre diseñada por el Kremlin para ocupar Ucrania, Vladímir Putin recurre a los misiles para devastar ciudades y plantas de energía, un cambio de estrategia, forzado por la debilidad de su Ejército, que a su vez obliga a Europa a alterar sus programas de apoyo militar a Kiev. Ya no son carros de combate y armamento lo que necesita Ucrania, sino sistemas antimisiles. El secretario general de la OTAN pidió ayer a los aliados que suministren a Kiev «sistemas de defensa aérea para llevar misiles balísticos y de crucero y drones». De nada habrá servido el esfuerzo, no solo militar, realizado desde el pasado invierno si no se adapta al paisaje cambiante de una guerra de desgaste en la que la Putin utiliza su arsenal contra la población civil. Lo que nunca fue una 'operación militar especial' tampoco fue para Europa una mera operación de salvamento y rescate localizada en Ucrania. Por lo que representa y por lo que defiende frente a Moscú, el objetivo del Kremlin es la UE.