editorial
Maniobras para poder incumplir
Mientras el Gobierno desprecia en España a los que presagian una desaceleración, en Bruselas la emplean como una excusa para aligerar la condicionalidad de los fondos europeos
Mientras el Gobierno de Pedro Sánchez evita hacerse eco de los presagios que distintos organismos técnicos están vertiendo sobre la economía española y mantiene un tono triunfalista tanto respecto de las perspectivas de crecimiento como de las cifras de desempleo, sus diputados en el Parlamento Europeo se preparan para todo lo contrario. Han conseguido sacar adelante en la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios una enmienda que si prospera, permitiría a los países miembros de la Unión Europea justificar que incumplan sus compromisos del Plan de Recuperación y Resiliencia debido a «acontecimientos geopolíticos» La inconsistencia de la actuación socialista es absoluta: mientras en Madrid proclaman que el vaso de la economía está medio lleno, en Bruselas sostienen, con mucho más realismo, que está medio vacío, tal y como están vaticinando los organismos internacionales y el propio Banco de España.
Los socialistas, la izquierda unitaria y los verdes han apoyado –el Grupo Popular se ha abstenido– esta iniciativa que si no consigue anular la condicionalidad que se creó para distribuir estos fondos, al menos la debilitará. Esa condicionalidad es la única palanca que permite asegurar que gasten en mejorar la economía y no acaben alimentando el gasto corriente. Hay varios países que estarían dispuestos a alinearse con el incumplimiento porque consideran que la inflación actual los está golpeando duramente y ya no pueden cumplir con los objetivos iniciales de los fondos europeos que se definieron en 2020, mucho antes de la invasión de Ucrania por Rusia. Desafortunadamente, no parece que la iniciativa busque un replanteamiento de fondo del Plan de Recuperación y Resiliencia que lo haga más realista ante los ritmos impuestos por los famosos Objetivos de Desarrollo Sostenible, sino que simplemente se trata de romper la condicionalidad para favorecer que los fondos sean destinados a otros objetivos, como la subida de sueldos de funcionarios o un mayor gasto discrecional. La enmienda, además, traduce bastante bien las intenciones de los gobiernos que presentan mayores desequilibrios fiscales y que no están por la labor de restablecer el Pacto de Estabilidad y Crecimiento en los mismos términos que existían antes de que fuera suspendido por la pandemia.
La enmienda se ha introducido cuando el Parlamento Europeo está discutiendo los últimos flecos del reglamento de uso de los fondos de reconstrucción, que es el que afecta al programa RePowerEU, creado precisamente para usar estas ayudas para acelerar la transición energética de los países favorecidos con los fondos. Tam bién han sido los eurodiputados socialistas los más activos a la hora de eliminar los límites y controles del programa, suprimiendo por ejemplo elementos que precisamente blindaban los objetivos originales frente a acontecimientos coyunturales que pudieran ser utilizados como pretexto para sustraerlos de los mismos.
Si el próximo 9 de noviembre esta normativa sale adelante tal cual la están promoviendo los socialistas en la Eurocámara, Sánchez tendrá la coartada perfecta para hacer y deshacer con los fondos europeos en un año electoral sin que nadie le pueda reprochar nada.
