Opinión
Carnaval en la sombra...
El día de la marmota se repite, pero esta vez en febrero, en una organización con menos luces que las que anunció Quiñones en el final de su pregón
Cuando el dios momo pasa a ser pasto de las llamas… aquí en Cádiz solo hemos llegado al ecuador de la fiesta… y empieza a ser hora de algunos balances…
Para empezar y como breve reseña al pasado COAC, parece haber quedado claro aquello de ... las sesiones eternas, las estampida de público, etc… Algo esto último que quedó muy bien en un tango del coro de los estudiantes, interpretado nada más abrir la final y que fue muy aplaudido por el mismo público que solo esperó hasta el único descanso de apenas 15 minutos en una sesión de más de diez horas en pasarse por el forro lo aplaudido…
Aunque no es lo más grave, ya que ni los miembros del jurado al completo estaban sentados tras el descanso en sus asientos hasta bien entrada la presentación del coro Los Negros… Una falta de respeto por parte de los que más ejemplo deben dar.
Pero esto no acaba aquí… como se suele decir, después del Falla, nos queda la calle. Y qué calle… Ejemplo de ella el sábado de carnaval en un tablao a oscuras, rodeado de botellas rotas y olor a «Orinoco» en el que si no es por la luz de los dormitorios de los vecinos no sabríamos ni dónde estaba el público.
Una noche de sábado donde se deja al libre albedrío el botellódromo sin control… pero donde al día siguiente se controla con puño de hierro a los coros para que no haya una desgracia, ya que los desalmados al parecer somos nosotros… bajo amenaza de multa por el delito de salirse a algún rincón a cantar a la gente que de verdad quiere escuchar coplas. Nada nuevo bajo el sol, escuchen nuestro segundo tango de preliminares, no es una pataleta de última hora… El día de la marmota se repite, pero esta vez en febrero, en una organización con menos luces que las que anunció Quiñones en el final de su pregón…
Cadiz sigue siendo aquella cabalgata de «un tio en una carroza con dos cuernos y un taparrabos, y abajo los Teletubbies», como cantaba la comparsa de momo, pero esta vez… a oscuras....