OPINIÓN
Leer en la playa
Después de un baño relajante, el cuerpo pide sumergirse en otros mundos, dejándose llevar por la fantasía de vivir otras vidas
Leer en la playa es una de las actividades más relajantes y gratificantes que alguien puede disfrutar, especialmente tumbado en una hamaca, protegido del sol bajo una sombrilla. Para hacer esta experiencia aún más fructífera, recomiendo lecturas playeras, veraniegas y tropicales, aquellas cuya historia se ... desarrolle en un ambiente marítimo o en alguna playa paradisíaca y recóndita.
Para evocar un poco de la infancia, que siempre será un paraíso perdido, sugiero la lectura o relectura de «La Isla del Tesoro» de Robert Louis Stevenson. Esta aventura de piratas en islas remotas es una obra maestra que permite imaginar otra época y contexto, acompañado del relajante sonido de las olas.
Para aquellos que prefieren no salir de Cádiz, ni siquiera en la ficción, recomiendo el clásico gaditano «Llamadme Cabrón» de nuestro propio Salgari gaditano, Javier Fornell. Disfruten con esta aventura que no envejece, un recorrido por la historia digno de mantener en el recuerdo, al menos con una primera lectura frente al mar.
Siempre se ha dicho que Daniel Defoe pudo haberse inspirado en algún marinero gaditano para escribir su particular historia sobre náufragos. Hay algo muy curioso en las playas, incluso en las más concurridas en los meses de julio y agosto: parece que uno se encuentra solo rodeado de gente. Cada cual en su parcela no suele interferir mucho en el espacio del otro, ni siquiera a nivel acústico, aunque puede que siempre toque como vecino alguna familia con un amplificador portátil y una lista de YouTube con los últimos éxitos de reguetón. Pese a todo, ese pequeño aislamiento nos permite recordar y reflexionar sobre la necesidad de estar solo y acompañado, en una especie de equilibrio universal que realmente necesitamos. La historia de Robinson Crusoe es perfecta para recordar que, aunque a veces es necesario un poco de soledad, no es lo más adecuado para que un ser humano viva su día a día.
Podríamos seguir con las pasiones más elementales en una especie de aventura épica y muy minimalista. Recomiendo sin duda «El viejo y el mar», en la que Hemingway construye una historia universal sobre la búsqueda del propósito, incluso hasta las últimas consecuencias, cueste lo que cueste, y tengamos la edad que tengamos. Después de leer este libro, podemos levantar la vista y dejarnos engullir por el mar, sea la playa que sea, ya que se lee rápido y en un rato de playa.
Para una historia de amor profunda recomiendo «El rumor del oleaje» de Yukio Mishima. A mí personalmente me sorprendió en su momento el viaje interior a través de sus personajes, encarcelados en una pequeñísima isla japonesa. Nunca es tarde para leer esta apasionante historia de Mishima.
Cualquier novela es buena para dejarse llevar en el ambiente playero. Después de un baño relajante, el cuerpo pide sumergirse en otros mundos, dejándose llevar por la fantasía de vivir otras vidas. Y, sobre todo, déjense llevar por la magia de un libro en papel, que no necesita baterías, corriente eléctrica, ni una especial protección contra el agua y la arena. Disfrutemos de todas aquellas historias que alguna vez nos hicieron soñar, pero con el añadido de un entorno y un contexto que las harán lo más realistas posible. Quien no ha pasado una tarde de verano leyendo en la playa, con el rumor del oleaje de fondo, acostado en una hamaca bajo la sombrilla después de un baño refrescante, no sabe lo que es el paraíso en la tierra.